El presidente de Madagascar, Andry Rajoelina, confirmó este martes que huyó a un “lugar seguro” para proteger su vida, tras las protestas contra los recurrentes cortes de agua y luz, que sacuden el país desde hace casi tres semanas y han recibido el apoyo de una unidad militar de élite insurrecta.
“Para preservar mi integridad física y evitar un altercado entre las fuerzas armadas malgaches, tuve que ir a un lugar seguro”, afirmó Rajoelina en un video emitido en la página de la Presidencia en la red social Facebook, sin precisar ese sitio ni indicar que haya dimitido de su cargo.
“Tengo una misión aquí: encontrar una solución. Y como el problema es la electricidad, me encargaré de la recepción de los grupos (electrógenos) que luego enviaremos a Madagascar”, subrayó el mandatario, dando a entender que se puede hallar fuera del país, pero sin dejarlo completamente claro.
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El jefe de Estado, de 51 años, enfatizó que “sólo hay una manera de resolver esta crisis: el respeto a la Constitución de nuestro país”.
“Las diversas crisis políticas han hecho retroceder al país diez años en términos de desarrollo. Hoy puedo asegurarle que el pueblo malgache ya no podrá soportar otra crisis. No es demasiado tarde, podemos remediar esta situación e iniciar un diálogo nacional para resolver los problemas, agregó Rajoelina.
La emisión del video se hizo más tarde de lo previsto porque soldados armados amenazaron con tomar la sede de los medios estatales en la capital, Antananarivo, según la Presidencia.
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El mensaje del mandatario se publicó después de que la emisora Radio Francia Internacional (RFI) informara de que Rajoelina abandonó el domingo el país insular del sudeste de África a bordo de un avión militar francés.
La salida del país de Rajoelina, que tiene doble nacionalidad (malgache y francesa), fue posible gracias a un acuerdo con la posible intervención del presidente francés, Emmanuel Macron, para facilitar una solución pacífica a la grave crisis política que vive Madagascar, según dicha emisora, aunque las autoridades francesas rehusaron hacer “comentarios” a preguntas de EFE.
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El mandatario voló este domingo a la isla de Santa María, en la costa este de Madagascar, y desde allí abordó el avión militar francés con destino a la Isla de la Reunión, antes poner rumbo hacia otro destino incierto junto con su familia, de acuerdo con RFI, que señala a Dubái como posible lugar de exilio.
En un comunicado divulgado el domingo por la noche, la Presidencia de Madagascar había condenado las “amenazas a la integridad física” del jefe del Estado.
En otro comunicado, la Presidencia malgache denunció este domingo un intento de golpe de Estado después de que grupos de soldados se unieran este sábado a miles de manifestantes antigubernamentales que protestan desde el pasado 25 de septiembre en el país.
Una unidad militar insurrecta, el Cuerpo de Administración de Personal y Servicios del Ejército de Tierra (CAPSAT), aseguró este domingo haber tomado el control de las Fuerzas Armadas.
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Este sábado, después de que esta unidad pidiera “desobedecer” cualquier orden de disparar contra la población, grupos de militares en vehículos blindados se sumaron a miles de manifestantes en una nueva jornada de protestas masivas en Antananarivo.
El CAPSAT, con sede en Soanierana, a las afueras de la capital, ya participó en 2009 en un golpe de Estado que derrocó al entonces presidente, Marc Ravalomanana, y permitió llegar por primera vez al poder a Rajoelina.
Aunque inicialmente surgieron para protestar contra los recurrentes cortes de agua y electricidad, las movilizaciones, impulsadas por jóvenes de la Generación Z, se tornaron antigubernamentales y exigían ahora la dimisión de Rajoelina, cuya propuesta de diálogo nacional fue rechazada por los organizadores.
Inspiradas en movilizaciones juveniles recientes en países como Kenia y Nepal, estas protestas son las peores que vive la isla del océano Índico en años y el mayor desafío que afronta el jefe de Estado desde su reelección en 2023. (I)