El papa León XIV ha reactivado una antigua tradición que había quedado en pausa durante más de una década: el pago único al personal del Vaticano por su labor durante el período de sede vacante.

Esta práctica, de más de medio milenio de antigüedad, había sido interrumpida en 2013 por el papa Francisco como parte de su política de austeridad y transparencia económica.

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La reintroducción de esta gratificación se realizó sin anuncios oficiales ni actos públicos. Sin embargo, fue incluida en las nóminas de aproximadamente 5000 trabajadores del Vaticano a fines de mayo, quienes recibieron una suma de 500 euros cada uno.

2,5 millones de euros destinados a empleados del Vaticano

En total, el desembolso alcanzó los 2,5 millones de euros, beneficiando a empleados de diversas áreas como la Curia, los Museos Vaticanos, la biblioteca, la farmacia y los medios de comunicación de la Santa Sede.

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La bonificación representa un reconocimiento simbólico y financiero al esfuerzo adicional del personal durante el tiempo de transición papal.

A diferencia de su antecesor, León XIV justificó el retorno de este beneficio señalando, durante su primer encuentro con empleados vaticanos, que su objetivo es “mantener viva la memoria de la Sede Apostólica” y valorar la entrega de quienes garantizaron la continuidad institucional en un momento clave.

Durante su pontificado, Francisco había suspendido esta práctica argumentando que no era adecuado realizar pagos extraordinarios en medio de un contexto económico difícil.

En su lugar, los recursos fueron destinados a obras de caridad, según explicó entonces el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi. (I)