La vida de una civeta tiene dos rumbos, tomar baños de sol en las copas de los árboles indonesios, durante sus 15 a 20 años de vida, cazar y vivir en libertad. La segunda es muy diferente, puede convertirse en productora del café más caro del mundo, el kopi luwak.

El kopi luwak que producen las civetas involucra un proceso minucioso de explotación laboral. Son atrapadas desde muy pequeñas y terminan siendo transportadas a los centros de producción.

Estos animales son encerrados en jaulas minúsculas y son obligados a a comer exclusivamente las cerezas del café. Estas se les da como alimento para que, durante el proceso metabólico, se disuelva la capa amarga que distingue al fruto. Luego, sean defecadas, dejándoles un sabor dulce.

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Cuando ya no sirven para el proceso de producción, son abandonadas en bosques o vendidas en mercados de animales.

Una nueva emergencia sanitaria

Tras su regreso a su hábitat, las civetas no sobreviven mucho tiempo, ya que el proceso de producción las ha desgastado. En tanto, el proceso continúa con la venta de café hasta en 60 libras esterlinas, bajo el nombre de kopi luwak.

La asociación sin fines de lucro People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) realizó una investigación documental en video sobre el proceso de explotación de las civetas. Donde no solo se expone la realidad de estos animales, sino que se advierte a la comunidad internacional de los peligros de consumir productos que provienen de sus heces.

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PETA indicó que el SARS-CoV-2 es un virus zoonótico proveniente de una especie salvaje que estuvo en contacto cercano con seres humanos. Este tipo de enfermedades, al igual que la problemática de las civetas, son una amenaza para la salud global, ya que son de fácil transmisión.