El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este lunes, tras una “excelente” llamada telefónica con el presidente chino, Xi Jinping, que viajará a Pekín en abril del próximo año para reunirse con su homólogo, a quien invitó a Washington para una posterior visita de Estado.

“Acabo de tener una excelente conversación telefónica con el presidente Xi de China. Hablamos de diversos temas, como Ucrania/Rusia, el fentanilo, la soja y otros productos agrícolas, etc”, escribió el líder estadounidense en su red social, Truth.

Trump, que se reunió con Xi en octubre pasado en Corea del Sur y ya había adelantado su intención de visitar China, confirmó que viajará a Pekín el próximo abril.

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“El presidente Xi me invitó a visitar Pekín en abril, lo cual acepté, y yo correspondí, y él será mi invitado en una visita de Estado a Estados Unidos a finales de año”, escribió.

Esta es la primera invitación que Trump extiende para una visita de Estado en su segundo mandato, el máximo nivel de honores que recibe un líder extranjero en la Casa Blanca, que incluye una pomposa ceremonia de bienvenida y una cena de gala.

Trump, quien subrayó que la relación entre Estados Unidos y China es “extremadamente sólida”, afirmó que la conversación telefónica sirvió para dar seguimiento a la “exitosa reunión en Corea del Sur de hacer tres semanas”.

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“Desde entonces, ambas partes han logrado avances significativos para mantener nuestros acuerdos actualizados y precisos. Ahora podemos enfocarnos en el panorama general”, dijo.

Según la información de la llamada publicada por la agencia estatal china Xinhua, Xi defendió durante el intercambio con Trump, que el retorno de Taiwán a China es una “parte importante” del orden internacional tras la Segunda Guerra Mundial.

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Las palabras de Xi se producen después de que el Gobierno chino advirtiera a Estados Unidos el pasado viernes que Taiwán -una isla que se gobierna de forma autónoma desde 1949- es su “línea roja inviolable”, tras la aprobación por parte de Estados Unidos la posible venta a Taiwán de repuestos y piezas de reparación de aeronaves militares por un total de 330 millones de dólares.

Las autoridades de Pekín consideran a Taiwán como una “parte inalienable” del territorio chino y no han descartado el uso de la fuerza para concretar la “reunificación” de la isla.

El tema de Tairán quedó fuera de la mesa de la reunión que Trump y Xi tuvieron el pasado 30 de octubre en Busan (Corea del Sur), en la que acordaron una reducción de aranceles estadounidenses hacia China, la suspensión de las restricciones chinas a la exportación de tierras raras y un pacto sobre la compra de soja estadounidense.