De la lista negra del FBI a la Casa Blanca: Donald Trump recibió el lunes a Ahmed al Sharaa, una primicia para un jefe de Estado sirio y una consagración para el exyihadista.

Al Sharaa, que lideró una coalición rebelde de islamistas que derrocó a Bashar al Asad en diciembre pasado tras décadas en el poder, es el primer líder sirio en visitar la Casa Blanca desde la independencia del país en 1946.

“Me cae bien”, dijo Trump tras el encuentro, que se llevó a cabo lejos de las cámaras. Agregó que quiere que Siria se convierta en un país “muy exitoso” tras 14 años de guerra civil y que Al Sharaa “puede lograrlo, realmente lo creo”.

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“Es un líder muy fuerte”, afirmó. “La gente decía que había tenido un pasado difícil, todos hemos tenido pasados difíciles (...) Y pienso sinceramente que sin un pasado difícil no tienes ninguna oportunidad”, señaló Trump.

Trump ya había expresado su simpatía por el presidente interino sirio durante su primer encuentro en mayo en el Golfo Pérsico.

Ahora, con motivo de esta visita histórica, el Departamento de Estado anunció una nueva pausa en las sanciones estadounidenses, mientras se espera que el Congreso eventualmente las levante de manera definitiva.

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Al Sharaa llegó discretamente a la Casa Blanca a las 11H37 hora local (16H37 GMT).

Ingresó por una entrada lateral, sin el protocolo habitualmente reservado a los jefes de Estado y de gobierno extranjeros, a quienes el presidente estadounidense casi siempre recibe en el pórtico.

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Partidarios

Los periodistas tampoco fueron invitados a la Oficina Oval en presencia de los dos líderes, al contrario de lo que suele ocurrir en visitas oficiales.

El líder sirio se retiró sobre las 13H20 hora local (18H20 GMT) y se detuvo unos instantes para saludar a partidarios que lo aclamaban frente a la Casa Blanca.

En un breve comunicado en X acompañado de algunas fotos, la presidencia siria indicó que los dos dirigentes habían discutido “las maneras de desarrollar y fortalecer” la relación bilateral, así como “varios temas regionales e internacionales de interés común”.

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Al Sharaa obtuvo una nueva pausa de 180 días de la ley César que imponía sanciones estadounidenses drásticas contra el gobierno de Bashar al Asad, ya suspendida en mayo.

El gobierno de Trump quiere una derogación completa de esta ley de 2019, que excluye a Siria del sistema bancario internacional y de las transacciones financieras en dólares, pero esto requiere una votación del Congreso.

Ni Washington ni Damasco comunicaron de inmediato otro anuncio que se esperaba el lunes.

Durante la visita, Siria debía firmar un acuerdo para unirse a la coalición internacional antiterrorista liderada por Estados Unidos, según el enviado estadounidense para Siria, Tom Barrack.

Base militar

Estados Unidos, por su parte, planea establecer una base militar cerca de Damasco, “para coordinar la ayuda humanitaria y observar los desarrollos entre Siria e Israel”, según otra fuente diplomática en Siria.

Washington retiró el viernes a Al Sharaa, de 43 años, de la lista negra de terroristas.

Desde 2017 y hasta diciembre pasado, el FBI ofrecía una recompensa de 10 millones de dólares por cualquier información que llevara al arresto del líder de la antigua rama local de Al Qaida, el grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS).

El jueves, el Consejo de Seguridad de la ONU también levantó las sanciones contra Al Sharaa, por iniciativa de Estados Unidos.

Desde que asumió el poder, el dirigente sirio ha roto con su pasado y se abrió a Occidente y los Estados de la región, incluido Israel, con el cual su país está teóricamente en guerra.

Sin embargo, también prometió “redefinir” la relación de Siria con la Rusia de Vladimir Putin, con quien Al Sharaa se reunió en Moscú hace menos de un mes. Rusia es un aliado clave de Al Asad, quien se encuentra precisamente asilado allí.

“Trump lleva a Al Sharaa a la Casa Blanca para decir que ya no es un terrorista (...) sino un líder pragmático y, sobre todo, flexible que, bajo la dirección estadounidense y saudí, hará de Siria un pilar estratégico regional”, explica el analista Nick Heras.

En mayo, Trump había instado a Al Sharaa a unirse a los acuerdos de Abraham, que llevaron a varios países árabes a reconocer a Israel en 2020. (I)