El pasado septiembre, la misión DART de la NASA logró por primera vez desviar deliberadamente la trayectoria de un asteroide. Este evento es útil para cualquier incidente que ponga en peligro al planeta en el futuro. Sin embargo, tras este evento también se ha podido estudiar la composición de los asteroides y, con ello, tener más información sobre el nacimiento del planeta.

Hasta ahora se han publicado dos estudios, ambos se centran en el uso de distintos instrumentos, pero todos ellos concentrados en un mismo telescopio: el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO por sus siglas en inglés). Gracias a los instrumentos MUSE y FORS2 pudieron medir parámetros muy concretos de la nube de polvo liberada con el impacto de DART y, así, establecer la composición del asteroide Dimorphos.

Los asteroides son uno de los eslabones de la cadena que finaliza con la formación de nuevos planetas. Saber de qué están compuestos, puede determinar el origen del planeta.

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Misión DART

La misión DART de la NASA desvió con éxito un asteroide de 160 metros de diámetro llamado Dimorphos, satélite de un asteroide de 760 metros catalogado como Didymos. Ese impacto de la sonda DART con Dimorphos ocurrió el 27 de septiembre de 2022 a las 0h14m CET y marcó un momento clave.

Lo primero que se observó es que la nube de polvo liberada tras el impacto de DART era más azulada que el asteroide. Esto indica que probablemente dicha nube estaba formada por partículas muy finas. Posteriormente, se formaron nuevas estructuras, como grupos, espirales y una larga cola empujada por la radiación del Sol. (I)