En la madrugada del 5 de enero arrestaron a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, en un operativo en el estado de Sinaloa.

A la finca, de 150 metros cuadrados, de donde atraparon a Ovidio Guzmán, las fuerzas de seguridad ingresaron por la fuerza, dejando una serie de destrozos, tal como publica Río Doce.

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La sangre manchó el piso en varios lugares de la residencia ubicada en la sindicatura de Jesús María. Además, quedaron granadas activas, cientos de casquillos y vehículos.

El portón de la casa quedó tiroteado. En el garaje encontraron “dos cuatrimotos, dos camionetas Mercedes Benz y un razer”. Justo afuera, una Suburban y una Volkswagen. Todos tiroteados.

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En el patio encontraron tres granadas que no estallaron. En el camino que conduce a la vivienda atravezaron cinco camionetas blindadas para bloquear el camino.

(I)

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