El proyecto para traer de vuelta al dodo, un ave gigante no voladora extinguida hace más de 400 años, alcanzó un nuevo avance. La firma de biotecnología Colossal Biosciences, con sede en Texas, informó que sus científicos lograron cultivar células germinales primordiales de la paloma bravía, consideradas la base del proceso de de-extinción.
Estas células, precursoras de óvulos y espermatozoides, permitirán aplicar la misma técnica en la paloma de Nicobar, el pariente vivo más cercano del dodo.
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“Este es un paso realmente importante, no solo para el proyecto del dodo, sino también para la conservación de aves en general”, dijo Beth Shapiro, directora científica de Colossal.
El hallazgo fue posible después de que el equipo de Colossal probara más de 300 combinaciones de factores de crecimiento y nutrientes hasta dar con la fórmula adecuada para que las células germinales de paloma se mantuvieran vivas y dividiéndose durante 60 días.
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“El descubrimiento de una receta para cultivar células de palomas expande enormemente las tecnologías reproductivas en aves y es la base para nuestro trabajo con el dodo”, señaló Anna Keyte, directora de especies aviares de la compañía.
Como siguiente paso, los investigadores intentarán utilizar estas células para generar palomas vivas con la ayuda de gallinas como aves sustitutas, lo que serviría como prueba de concepto antes de aplicar la técnica en la paloma de Nicobar.
El trabajo se suma a otros proyectos de la compañía, como el intento de revivir al mamut lanudo, el tilacino de Tasmania y el moa. En abril, Colossal generó debate al anunciar el nacimiento de tres “lobos terribles” creados a partir de ADN antiguo y edición genética.
La empresa, que ya ha recaudado 555 millones de dólares desde 2021, estima que revivir un ejemplar con rasgos del dodo tardará entre cinco y siete años.
Críticos advierten que el proceso no recreará a la especie original, sino híbridos modificados, mientras que otros científicos destacan que la tecnología podría aplicarse en la protección de aves en peligro.
Uno de los principales desafíos para este proyecto es que, a diferencia de los mamíferos, las aves no pueden clonarse de manera tradicional. Los investigadores deben generar varias generaciones de aves con células reproductivas editadas hasta obtener descendientes con características cercanas al dodo, lo que alarga el proceso.
“Con las aves, el paso más lento es que tenemos que hacer madres y padres por separado y luego cruzarlos para obtener ambos genes modificados. Es un proceso mucho más largo”, explicó Shapiro. (I)