El Gobierno de Bielorrusia ha informado a la ONU que no colaborará con su Oficina de Derechos Humanos, dirigida por la alta comisionada Michelle Bachelet, a la que los gobiernos encargaron un seguimiento cercano de la situación en ese país, donde el régimen ha reprimido violentamente todo viso de oposición a la permanencia en el poder del presidente Aleksandr Lukashenko.