El megaproyecto futurista “The Line”, concebido por el príncipe heredero Mohammed bin Salman como el eje central de la ciudad inteligente Neom, ha sido reducido de forma significativa debido a sus altos costos y limitaciones técnicas, según reportes internacionales.

El plan original contemplaba una ciudad lineal de 170 kilómetros de largo y 500 metros de altura, completamente revestida de espejos y diseñada para albergar a nueve millones de habitantes. Presentado como una apuesta por un nuevo modelo urbano sostenible, el proyecto incluía elementos de arquitectura extrema, como un edificio suspendido en forma de candelabro, un estadio flotante y una marina en medio del desierto.

Sin embargo, a medida que avanzó la planificación, arquitectos e ingenieros advirtieron que muchas de las estructuras eran física y técnicamente inviables, por requerir cantidades imposibles de acero, concreto y vidrio. A esto se sumó la falta de inversión extranjera, los retrasos en los plazos de ejecución y el incremento exponencial del presupuesto, que pasó de 1,6 billones de dólares a cerca de 4,5 billones, de acuerdo con estimaciones citadas por medios como Financial Times.

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Pese a que ya se han invertido más de 50.000 millones de dólares, solo se ha completado una parte del trabajo inicial, que incluye excavaciones y cimentaciones. Las proyecciones actuales indican que, de los 20 módulos de construcción originalmente previstos, apenas se desarrollarán tres, lo que ha llevado a analistas a calificar el proyecto como financieramente inviable.

Desde Neom, los responsables han asegurado que “The Line” continúa siendo un objetivo a largo plazo, aunque fuentes cercanas al desarrollo reconocen que la visión inicial se ha reducido considerablemente, afectada por factores de física, costo y política interna. (I)