En Tijuana, México, se recuerda con horror el crimen perpetrado por Anastasia Lechtchenko, una joven de origen ruso que asesinó y desmembró a su madre y a su hermana de 11 años “porque eran brujas”.

La joven que, para el momento del crimen tenía 19 años en el 2015, recuerda que asesinó a su madre y hermana de tal manera porque leyó que así debía acabar a una bruja para que realmente murieran, aunque al día de hoy niega que lo haya hecho, escribió Infobae.

“Lo asfixié con la almohada y tuve que usar todo el peso de mi cuerpo, porque intentó defenderse”: la macabra confesión del asesino del niño de cinco años que sin remordimientos narró cómo mató a su propio hijo

La terrible escena del crimen que dejó Anastasia Lechtechnko

A la joven la detuvieron tres días después de los delitos y los policías que ingresaron a su vivienda no podían creer, ni siquiera toleraban, la terrible escena del crimen.

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Sangre por todos lados, cuerpos descuartizados y la cabeza de la niña de 11 años, con los ojos fuera de su órbita.

Lechtchenko asesinó a su madre, Yuliya Masney, de 45 años y a su hermana de 11 años, Valeria, una noche que estaba drogada y peleó con su progenitora. Según el informe policial, a ambas las asfixió con una soga y luego las apuñaló y desmembró completamente.

A su madre le sacó el corazón y los ojos a su hermana, quien tenía una discapacidad. La joven usó tres cuchillos de cocina para cortarles las piernas, brazos y cabezas en la cocina.

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Los restos de sus únicas parientes los guardó en bolsas negras de plástico que compró en una farmacia y, después, se sentó a fumar cigarrillos, sin pensar en las graves consecuencias.

Tres días después, Anastasia confesó el crimen a su novio y a una amiga, quienes la delataron y luego confesó que las mató porque sentía punzadas en la espalda y pulsaciones en el cuerpo que no la dejaban dormir.

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“Mi mamá se dedicaba a la brujería y mi hermana era una muñeca, su aliada y títere. Y para que no continúen esos trabajos también hay que matarla. Para matar a una bruja, a ese espíritu maligno hay que cortarle partes inferiores”, afirmó ante el tribunal que la condenó a 80 años de cárcel.

La joven investigó cómo matar a una bruja

Antes del matricidio y asesinato de su hermana, Anastasia buscó en Google “cómo matar a una bruja y cómo desmembrar un cuerpo”. En la web oscura halló que debía apuñalarla justo en el corazón.

Lechtchenko tomó nota y cometió el doble crimen. Luego de su detención, confesó que había sido violada y torturada por los policías, que la forzaron a decir que su madre y su hermanita eran brujas.

“Yo había consumido drogas y cristal durante cinco días. Así que cuando me detuvieron me dijeron que si me declaraba culpable me iban a sacar”, dijo a El Universal.

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Ahora la joven lleva siete años en la penitenciaria de Tijuana y apenas ingresó a la cárcel le dio una entrevista al diario mexicano, a quien le insistió “yo no descuarticé a mi mamá”.

Sin embargo, es sabido que Anastasia tiene una enfermedad mental. Antes del crimen, ya había sido asistida y medicada por tales problemas mentales.

Un día después de haber llegado a prisión, se acercó al teléfono público del penal y marcó el número de su mamá.

“Creo que durante dos semanas marqué ese número, porque quería hablar con mi mamá. No comprendía qué pasaba, marcaba y marcaba y me mandaba al buzón de voz. Yo me quedaba pensando ¿qué hago? Y otra vez marcaba el número. Siempre, siempre esperaba una respuesta”, reveló.

La joven pensó que estaba arrestada por drogas, hasta que decidió llamar a su padre, Igor Lechtchenko, quien estuvo ausente durante su crianza, él le diría toda la verdad, que estaba presa por el asesinato y desmembramiento de su madre y de la pequeña Valeria. (I)

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