En un mundo agitado por conflictos y tensiones, el gasto militar alcanzó máximos históricos.
Según el informe que elabora anualmente el Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo (Sipri, por sus siglas en inglés), el mundo se gastó en 2024 más de US$2,7 billones en partidas relacionadas con las fuerzas armadas, lo que equivale a un 2,5% del Producto Interno Bruto mundial y supone la cifra más alta registrada hasta ahora.
Estados Unidos, China y Rusia son los estados que más gastan, pero la tendencia al alza se detecta en los cinco continentes, poniendo de manifiesto el aumento de las tensiones geopolíticas.
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La región de América Latina y el Caribe no es una excepción, aunque dentro de esta amplia área se observan diferencias.
Mientras que el gasto militar se mantuvo estable en Sudamérica, en Centroamérica y el Caribe se disparó, con un aumento del 31% solo en 2024.
Son tres los países que han impulsado al alza el gasto militar en América Latina y el Caribe, cada uno por motivos diferentes.
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1. Aumento del 39%: México y el efecto de su Guardia Nacional
México es el motor principal del aumento del gasto militar en América Latina y el Caribe.
El gasto militar de los Estados Unidos Mexicanos se incrementó en un 39% en 2024, hasta alcanzar los US$16.700 millones, principalmente por la mayor inversión en fortalecer a la Guardia Nacional y la Armada.
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El expresidente Andrés Manuel López Obrador creó en 2019 la Guardia Nacional con la intención de darle a este cuerpo de seguridad militarizado un papel protagonista en la lucha contra el crimen organizado que asuela México desde hace décadas.
Las partidas que se le han destinado no han dejado de aumentar, reflejando lo que el informe del Sipri describe como la “cada vez más militarizada respuesta del gobierno al crimen organizado”.
Carlos Solar, experto en seguridad en América Latina del RUSI, un centro británico de análisis, dijo en conversación con BBC Mundo que “el aumento de las cifras de México muestran que se ha llegado al fin de la etapa de planificación y se ha comenzado con la implementación de la Guardia Nacional, por lo que ha habido que darle recursos”.
El experto señala otro factor: “Hay que entender la presión que ha tenido el gobierno mexicano desde Estados Unidos, primero con Joe Biden y ahora con Donald Trump, para que solucione sus problemas de seguridad, como el narcotráfico y el tráfico de personas, que provocan inseguridad en las fronteras.
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“Tradicionalmente, las fuerzas de seguridad mexicanas han estado infrafinanciadas por el gobierno federal y, al darle una mejor financiación a sus fuerzas, se envía a Washington el mensaje de que se va a tener un mayor control”, añade Solar.
2. Un 78% más: Guyana y la tensión con Venezuela
El aumento del gasto militar mexicano palidece si se compara con el de Guyana, que subió un 78%, llegando a los US$202.000 millones.
La cifra refleja la preocupación de este pequeño país por rearmarse coincidiendo con la reactivación de su disputa con la vecina Venezuela por la región del Esequibo.
El gobierno guyanés cuenta ahora con ingentes recursos que invertir en su defensa gracias al boom petrolero que vive el país, que ha convertido a su economía en una de las que de mayor crecimiento en el mundo en los últimos años.
“Una de las áreas en las que Guyana ha tenido que reforzarse es en la vigilancia de la frontera terrestre con Venezuela, donde ha habido que abrir puestos y desplegar nuevos medios de vigilancia”, indica Carlos Solar.
“La defensa de Guyana se había centrado en proteger su riqueza petrolera, que está en su mayoría aguas adentro, por lo que se ponían más medios en la Armada y en la Guardia Costera, pero se presta también atención a la potencial amenaza terrestre que supone Venezuela”, añade Solar.
Para tener capacidad de disuasión, el país dependió tradicionalmente de su afinidad con Reino Unido, que irritó al gobierno venezolano cuando en enero de 2024 envió una patrullera a mostrar su “apoyo a la integridad territorial de Guyana”, pero ahora parece que Georgetown está invirtiendo parte de sus ingresos petroleros en dotarse de unas fuerzas propias suficientes.
Solar señala que “la compra de equipos y tecnología no se traduce en capacidad militar de un día para otro, pero Guyana le está dejando claro a Venezuela que estaría preparada en el hipotético caso de que emprendiera una acción militar”.
3. Subida del 14%: el resurgir de la violencia en Colombia
Pese a que su presidente apostó por la búsqueda de la “paz total” como bandera de su gobierno, Colombia es otro de los países donde creció el gasto militar el año pasado.
Con un 14% más, llegó a los US$15.100 millones, principalmente por el aumento de las operaciones del ejército colombiano en el sudoeste del país, donde operan grupos armados con los que el presidente Gustavo Petro impulsó unas negociaciones ahora rotas.
Después de más de medio siglo de conflicto interno y de lucha contra la insurgencia de las FARC, Colombia fue durante décadas uno de los estados con mayor gasto militar de América Latina.
La firma de la paz con las FARC en 2016 y la llegada de Petro a la presidencia en 2022, con su apuesta por el diálogo con los grupos armados aún activos, parecían abocar a un descenso de la partida en Defensa, pero el fracaso de las negociaciones y el deterioro de la situación en la Colombia meridional han llevado las cosas en otra dirección.
A partir de marzo de 2023, Petro ordenó reactivar las operaciones militares contra el llamado Clan del Golfo, considerado el mayor grupo dedicado al narcotráfico del país, y en agosto de 2024 hizo lo mismo con el Ejército de Liberación Nacional, un grupo armado formado en 1964 que tras la desaparición de las FARC se convirtió en la mayor guerrilla de Colombia.
“La política de Petro no funcionó y en el sur del país hay un vacío de poder tal que el narcotráfico y algunos grupos antes vinculados a las FARC han tomado el control”, señala Solar.
El experto apunta también a otros factores. “Ha habido un alza de la producción de cocaína, y el Caribe y el Atlántico han vuelto a convertirse en flujos para las rutas logísticas que van hacia Estados Unidos y Europa”.