Las razones por las que los jóvenes, entre 16 y 29 años, votaron por Luisa González, del movimiento Revolución Ciudadana, lista 5, y por Daniel Noboa, por la coalición Acción Democrática Nacional (ADN), listas 4 y 35, son distintas, pero transparentes.

Algunos dicen porque se ven “agradables”, “sinceros” y con propuestas reales. Por ejemplo, Rafaela Villao (21 años), estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad Casa Grande en Guayaquil, le dio el voto a Noboa por sus planteamientos. “Al ser un perfil nuevo se puede darle la oportunidad. Su propuesta empleo para los jóvenes, de atraer inversión al país. No solo dijo qué hara sino el cómo”, opina Villao.

Luisana Toro, de 22 años, también le dio el voto al aspirante de ADN y dijo que lo ve franco. “Su forma de expresarse es muy sincera, un joven con mente fresca y positivo, una persona preparada con propuestas reales y principios espirituales”, sostiene Toro.

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Mientras el ciudadano Kevin Miranda, de 28 años, decidió por González. “Fue a base de lo que yo he visto en estos últimos años porque mucha juventud se deja llevar por ‘el que tienes dinero’ y no por cómo reactivar la economía”.

Andy Estupiñán vive en Posorja y tiene 22 años. Votó por González porque está “cansado” de las muertes violentas registradas en la actualidad. “Quiero que pare la matanza. Ahora no se hacen responsables de las víctimas colaterales porque todo se dañó cuando ingresó (Guillermo) Lasso”, sostiene.

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Hasta las elecciones seccionales de 2023 había 4′090,233 de personas de entre 16 y 29 años como Rafaela, Luisana, Kevin y Andy. Este margen de edades representan al 30,4 %, de centennials y millennials.

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Según el Consejo Nacional Electoral (CNE) hay 635.381 ciudadanos de 16 años a menores de 18 años; 3′454.852 de 18 años a 29 años; y 7′641.972 de 29 años a 65 años. Ya a partir de esa edad cae la cifra a 1′713.269 hasta los 100 años. Y quienes han llegado al centenario son 4.573 personas.

La politóloga Madeleine Molina opina que González y Noboa lograron el 33,49 % y 23,49 %, respectivamente, con el 97,58 % de votos escrutados, por estrategias de marketing, fidelidad y propuestas. En esta última señala que se definió en el debate presidencial del pasado 13 de agosto.

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“El voto joven estaba más pendiente del debate porque el voto joven es el que más tiene (peso), pero con más vinculación en redes sociales. Ellos (jóvenes) tienen más esa exposición, pues son su primera fuente de información y no tantos los diarios (periódico). Entonces, la creatividad (de los community manager) hace posicionarlos”, cuenta y ejemplifica que Noboa aprovechó el debate y salió con gran ventaja; mientras que a González no fue bien, pero mantiene el voto duro del correísmo. Afirma que es su “colchón”.

Mientras que el analista político Cristian Carpio considera que en estas elecciones primó el “anti-establishment”, que no es más el antisistema, estar disconforme con el orden político. A su juicio esto favoreció a Noboa. “Al ser un joven preparado con políticas claras y alejarse de las pugnas, entonces llama la atención”, dice Carpio.

Con el correísmo, indica el analista, que hay votos de fidelidad y agradecimiento. “Las personas menores de 35 años, que vivieron el proceso del correísmo y que de cierta forma se beneficiaron, vemos que la mayoría votan por ese movimiento”, señala Carpio.

Otro de los detalles son los ‘jingles’, temas musicales creados para una campaña política. Molina sostiene que fue muy acertado que Noboa use uno de estos temas llamados “llegó la esperanza que todos queremos”, que era de la campaña de su padre Álvaro Noboa Pontón en 1998, con el objetivo de “recordar”.

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“Supo usar y los millenials lo entendían. Crearon una nueva construcción a base del recuerdo. Creo que la imagen de Noboa busca recordar ese anhelo y la añoranza como el que pudo haber sido presidente (Álvaro Noboa) y nunca fue y el que nunca le dimos la oportunidad. Lo ven como una versión mejorada del papá y los jóvenes ven eso y dicen: ‘mi papá nunca te dio el voto, pero yo te lo voy a dar’”, afirma Molina.

Con esto concuerda Carpio, quien indica que a esto hay que sumar el agregado de canciones de reguetón y cumbias, que agradan a la ciudadanía. Sin embargo, enfatiza que desde el lado del correísmo también tuvieron su estrategia que mantuvo los votos. “Ellos tienen su estilo de marketing y lo reflejado es el voto duro hacia Rafael Correa (expresidente)”, apunta Carpio.

Frente a esto, Molina destaca que hubo jóvenes que se inclinaron más por la aspirante a Carondelet porque hubo momentos de desvinculación con Correa. “Luisa González tiene algo muy importante, que dejaron de presentar a Luisa con Correa, sino a una Luisa como tal, que empezó a contar su vida, anécdotas, que tuvo su primer hijo a los 15 años, que es madre soltera... su lealtad. Y hay mujeres de clase baja que se identifican con su historia”, enfatiza Molina.

Los especialistas aseguran que en esta segunda vuelta, que será el 15 de octubre, el lograr convencer al electorado que no votó por ellos dependerá de una buena estrategia de marketing y de lo que expresen cada día porque de acuerdo con Carpio no siempre es la “gran” propuesta sino el cómo se la hará, que interesa más al electorado joven. (I)