El atleta Álex Quiñónez es una de las víctimas más recientes de la violencia que obliga a los ecuatorianos a modificar sus patrones de comportamiento: “Duele mucho, pero también asusta y mucho”, escribió la noche del viernes un tuitero al comentar el asesinato del deportista. Junto con los cambios de hábitos hay una afectación emocional.