La revista de la Asociación Ecuatoriana de Mastozoología (el estudio de los mamíferos) publicó dos estudios en enero pasado referentes a los registros de una zarigüeya lanuda de Anthony (Marmosa perplexa) en la provincia de Tungurahua y de una oncilla (Leopardus pardinoides) en Pichincha.
Ambas especies ya habían sido registradas en el país anteriormente, pero las nuevas observaciones tienen implicaciones de interés para los científicos en cuanto a la distribución de la zarigüeya y lo cerca de poblaciones humanas que fue vista la oncilla.
Publicidad
‘Ecu Polinizadores’, la campaña para recopilar datos sobre muertes de abejas en Ecuador
La zarigüeya, una hembra adulta, fue capturada en la reserva Vizcaya, Tungurahua, en 2021. Según la publicación, de autoría de Melanie Polo, Rocío Vargas y Jorge Brito, el registro más cercano es en Portovelo, El Oro, a 290 kilómetros hacia el sur, ampliando la distribución de la especie en el país.
A su vez, el espécimen hallado en Tungurahua habitaba a una altura de 2.750 metros. Antes se consideraba que el registro realizado a 1.897 metros de altura en Cajamarca, Perú, era el de mayor altitud.
Publicidad
El individuo de la Sierra ecuatoriana también representa el primer registro de la especie en el bosque montano oriental, un tipo de hábitat.
“El registro de Marmosa perplexa en el bosque montano oriental es particularmente interesante, ya que pocos mamíferos pequeños poseen una capacidad de dispersión similar. Posiblemente la zona de Saraguro haya servido como corredor natural para el intercambio de la zarigüeya entre las cordilleras occidental y oriental”, dice el estudio.
Esta zarigüeya está considerada como una especie vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). El organismo cree que sus poblaciones están decreciendo debido a la pérdida de su hábitat por el avance de la frontera agrícola y asentamientos humanos.
Científicos confirman presencia del gato de las pampas norteño en el bosque seco de la Costa
Además de Tungurahua y El Oro, esta especie también ha sido registrada en Loja y Perú.
Todavía se sabe poco de la zarigüeya lanuda de Anthony, aunque los autores del estudio señalan que la “rareza percibida” de la especie se debería a una falta de estudios de campo adecuados. “Esta publicación ejemplifica la importancia de incrementar los esfuerzos de campo en el estudio de los pequeños mamíferos no voladores”, concluye la publicación.
El ocelote, en cambio, fue encontrado en Pichincha, en la quebrada del río Huangal, en Pifo, dentro del Distrito Metropolitana de Quito.
“Los registros en una zona cercana a la expansión urbana de la ciudad de Quito ponen de manifiesto la capacidad de esta especie para ocupar áreas alteradas por la presencia humana y la expansión industrial. El estudio también demuestra que, a pesar de la alteración del hábitat por las actividades humanas, este tipo de ecosistema fragmentado es el hogar de varias especies silvestres que han logrado encontrar refugio en su interior”, expresa parte de la investigación publicada y de autoría de José Usiña, Alicia Martín-Francisco y Andrés Castañeda-Chávez.
Saca parásitos usando un milpiés: así es el ave que habita en gran parte de Ecuador
Aunque se desconoce su estado de conservación a nivel global, la UICN la evaluó por última vez en 2016 (bajo la clasificación de Leopardus tigrinus) como una especie vulnerable debido a la pérdida y fragmentación de su hábitat por deforestación, además de ser víctima de caza ilegal.
El felino fue registrado en nueve ocasiones distintas por cámaras trampa puestas en la zona entre septiembre y diciembre de 2023.
Sin embargo, los científicos creen que los avistamientos realizados por las cámaras trampa no necesariamente significan que la oncilla viva en esa zona. Los felinos, como resalta el estudio, suelen desplazarse grandes distancias por las noches, cuando cazan.
Así, los investigadores proponen que la quebrada del río Huangal podría servir como un corredor ecológico que facilita la movilidad de animales del parque nacional Antisana.
Además, el felino fue registrado mayoritariamente durante horas de la noche y la madrugada, pero también se lo vio activo durante el día en un par de ocasiones, sugiriendo que esta especie puede modificar sus hábitos dependiendo del hábitat y sus recursos. (I)