Un comerciante que vendía botellones de agua en el sector de Los Vergeles, en el norte de Guayaquil, recibió una carta de una mujer de unos 19 años de edad en la que decía que debía pagar una cantidad como vacuna para seguir con su negocio.
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La recompensa inmediata y la intolerancia al fracaso han forjado jóvenes que son presa fácil del reclutamiento de las bandas.
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Un comerciante que vendía botellones de agua en el sector de Los Vergeles, en el norte de Guayaquil, recibió una carta de una mujer de unos 19 años de edad en la que decía que debía pagar una cantidad como vacuna para seguir con su negocio.
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Momentos como los que vivimos en estas semanas son ideales para hacer el cambio...
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