Detrás de una caseta metálica de dos metros por un metro aproximadamente, sentado en un banco, descansa un hombre sonriente, de 73 años, que vende uno de los postres más demandados en Quito.
Publicidad
El ciudadano carchense se dedica a la venta de estos productos desde hace más de 20 años.
Publicidad


Actualizado el
Detrás de una caseta metálica de dos metros por un metro aproximadamente, sentado en un banco, descansa un hombre sonriente, de 73 años, que vende uno de los postres más demandados en Quito.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
¿Tienes alguna sugerencia de tema, comentario o encontraste un error en esta nota?
Entre las recomendaciones figura la preparación en casa de un “kit de urgencia” para aguantar tres días.
Publicidad