Ambato
La iglesia de Huachi Chico, en el sur de Ambato, resultó pequeña para recibir a la multitud que llegó a darle el último adiós al padre Fabián Enrique Arcos Sevilla, de 53 años.
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Muchos permanecieron en el exterior para escuchar la misa. En el ingreso al templo se hizo una calle de honor con arreglos florales para recibir al féretro.
El padre Fabián, como lo llamaban cariñosamente sus feligreses, fue visto con vida por última vez el 30 de octubre en la ciudadela Cristóbal Colón, en el sur de Ambato. El cuerpo sin vida se encontró cerca de un botadero de basura, rodeado de perros y roedores, el domingo 3 de noviembre, en el cantón Salcedo, provincia de Cotopaxi.
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Las muestras de dolor fueron evidentes en la iglesia, hasta donde los familiares llegaron portando globos blancos. La más afligida fue Rebeca Sevilla, madre del sacerdote.
Monseñor Giovanny Pazmiño, obispo de la diócesis de Ambato, al comenzar la eucaristía colocó sobre el ataúd las vestiduras y el santo evangelio que utilizó el padre durante su labor pastoral. A Huachi Chico fue asignado recién hace dos meses y el pasado 18 de julio celebró 26 años de vida sacerdotal.
En el encuentro religioso estuvieron presentes los sacerdotes de Ambato y de lugares aledaños. También acompañó el arzobispo de Quito, Alberto Espinoza, quien se solidarizó con la familia del padre Arcos, así como con la diócesis de Ambato y el pueblo.
“El papa Francisco nos dice que en el momento de nuestra muerte es bueno estar y pedir siempre estar en la iglesia, estar y vivir en esperanza y dejar un testimonio cristiano. Creo que estas tres gracias se han cumplido y se ha vivido en la vida del padre Fabián”, aseveró el arzobispo.
Añadió que fue un hombre al servicio de la Iglesia y con profundo amor. Vivió siempre en la esperanza y está junto con el Señor, dijo. “Nos ha dejado un legado y testimonio de vida cristiana, de vida y de servicio en el amor, eso nos hace reflexionar a todos, qué testimonio voy a dejar de mi vida”.
Dolor y angustia
Monseñor Giovanny Pazmiño dijo que con doña Rebeca, madre del padre Fabián, ha experimentado el dolor por la partida del religioso. “No obstante, en estos días de dolor y angustia la presencia de todos ustedes ha sido para nosotros, la diócesis de Ambato, como para la familia, un gran consuelo, porque hemos sabido que no estamos solos”, aseveró en la homilía.
Mercedes Arcos, hermana del padre Fabián, desde el exterior envió una carta en la que lamentó no poder asistir al adiós del cura.
Con indignación rechazó la forma que se ha tratado de mancillar la dignidad e integridad de él y de la familia. “Ahí está mi familia, pueden verla y mirar que no se trata de una gente de mal vivir”, señaló con relación a la muerte del sacerdote.
“A nombre de toda la familia quiero agradecer a todas las autoridades civiles, de la Policía Nacional y eclesiásticas por el gran despliegue realizado para la búsqueda y para dar cristiana sepultura a mi hermano”, manifestó Amparito Arcos. (I)