Kevin Mejía, quien sueña ser chef y aprender francés, fue uno de los primeros beneficiarios de un proyecto de investigación conjunto entre la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) y Solca.
Pablo Peña, neurocirujano de Solca, explica que debido a las secuelas del tratamiento, Kevin, de 23 años, quedó con un hueco en el parietal izquierdo de aproximadamente 15 cm por 20 cm, pero que fue reconstruido gracias a una técnica conjunta entre los médicos y los investigadores de la UPS.
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Tras el tratamiento en la cabeza quedó un orificio que fue reemplazado por una prótesis a la medida, personalizada, biosegura y producida en esta ciudad.
Los galenos hicieron una tomografía del lado derecho de la cabeza como referencia y como si fuera un espejo, lo imprimieron y reubicaron en la zona afectada, quedando totalmente simétrico y bioseguro.
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Este tipo de cirugías y prótesis a la medida es una iniciativa pionera que se realiza en Cuenca, que por ahora ha beneficiado a cinco pacientes oncológicos con afecciones torácicas, maxilofacial y de neurocirugía, explica Jorge Fajardo, coordinador del grupo de investigación Gimat de la UPS.
Lo que lo hace único, explica, es que cada elemento colocado en el cuerpo es exclusivo y con una medida justa, pero también permite que el proceso posoperatorio sea menos agresivo y la recuperación sea más temprana. Mientras que los disponibles en comercios privados tienen tallas estándar lo que dificulta el acoplamiento con el organismo.
Su colega Efrén Vásquez detalla que las prótesis construidas en esta primera fase son un polímero conocido como PMMA o polimetilmetacrilato, que tiene el 96 % de biocompatibilidad con el organismo, lo que de cierta forma garantiza su integración a los tejidos humanos.
Asimismo, Andrés Andrade, jefe de docencia de Solca, detalló que en esta primera etapa se incluyeron procesos como el plan de materiales, guía de corte y utilidad de los pacientes, lo que al final mejora su calidad de vida.
Kevin Mejía empezó su tratamiento contra el cáncer en el 2016, padeciendo varias etapas como metástasis en la espalda y cabeza. Aunque el camino no fue fácil, dice que hoy se encuentra “feliz, cómodo y completo”, listo para retomar las actividades pendientes, entre ellas estudiar francés y gastronomía.
Y si bien este es un proyecto inicial, Jorge Fajardo, de la UPS, exhorta a que para ayudar a más personas es necesario el aporte de las entidades públicas y empresas privadas en aspectos específicos como recursos económicos, acoplar un centro especializado para la producción o en la adquisición de una impresora 3D especializada en este tipo de productos. (I)