Esmeraldas

Las costas de las provincias de Esmeraldas y Manabí han experimentado a lo largo de las décadas varios terremotos con magnitud mayor a 7,7 (1906, 1942, 1958, 1979, 2016).

El evento del 31 de enero de 1906 ha sido el más grande ocurrido en Esmeraldas y que se extendió hasta el sur de Colombia, con una magnitud de 8,4, registra el Instituto Geofísico.

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Un reciente sismo en Esmeraldas fue de 6,1, el 25 de abril de este año, con un reporte de 20 heridos y daños de 572 edificaciones con semáforo amarillo y 254 en rojo, hasta el 29 de ese mes.

La situación ha llevado a realizar la inspección de suelos, reforzamiento de edificios y viviendas y ensayos de prevención ante la probabilidad de nuevos sismos o terremotos en la zona de la provincia de Esmeraldas.

Estas recomendaciones fueron analizadas en el conversatorio sobre perspectivas sísmicas y medidas de mitigación que se realizó en Esmeraldas con expertos del Instituto Geofísico (IG), organismos de respuestas y autoridades locales.

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Mario Ruiz, director del Geofísico, que asistió a este conversatorio, expuso que hay que analizar los eventos ocurridos y trabajar con zonas más seguras. Asimismo, que la población esté preparada para resistir estos sismos y mitigar sus efectos.

Edificaciones afectadas por el sismo del 25 de abril en Esmeraldas esperan reparaciones. Foto: Luis Freire Adrián

La ‘zona cero’ en la capital esmeraldeña está considerada en las lomas que circundan la ciudad, desde el barrio Aire Libre hasta Santas Vainas, dijo Charding Preciado, de Gestión de Riesgos del Municipio.

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Mientras, los barrios de la ribera del río Esmeraldas, puerto marítimo y pesquero, aeropuerto y poblaciones costeras sufrirían los primeros impactos de un eventual tsunami o maremoto.

Los riesgos en estos sectores son por la licuefacción en terrenos arcillosos, con alto contenido de agua y poco compactas.

Construcciones seguras

En el terremoto del 2016, algunos edificios y viviendas sufrieron daños en sus infraestructuras y las reparaciones no han soportado sismos de mediana magnitud como los de marzo del 2022 y abril del 2025.

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En edificios como el Gobierno Provincial de Esmeraldas, Registro Civil, Centro de Atención Ciudadana (CAC), Universidad Luis Vargas Torres fueron parcialmente suspendidas sus actividades hasta cumplir con las evaluaciones y revisión de sus estructuras.

Los barrios más afectados por el sismo de abril fueron las parroquias urbanas Bartolomé Ruiz, Esmeraldas, 5 de Agosto, Luis Tello y la parroquia rural Tachina.

“Las viviendas se han construido hasta de cuatro pisos cerca de las laderas, sin especificaciones técnicas, cambio de suelo o estructuras sismorresistentes”, expuso Betto Estupiñán, experto en geología.

Algunas casas antiguas de la zona urbana de Esmeraldas pueden ocasionar daños laterales por desprendimiento de paredes. Foto: Luis Freire Adrián

En la zona central de la capital esmeraldeña hay edificios de hasta siete pisos, cuando lo recomendable sería de cinco pisos, manifestó Mariela Intriago, ingeniera estructural.

Las recientes viviendas construidas en la zona sur de la ciudad reportaron daños mínimos porque sus estructuras, en su mayoría, son de cemento y hasta de tres pisos.

Intriago recomendó que debe haber una ordenanza municipal que prohíba o regule las construcciones de edificaciones en zonas de alto riesgo y exigir la reparación o demolición de casas con años de antigüedad.

Zonas de evacuación por tsunami

Las autoridades tienen un mapa de 21 sitios de evacuación y concentración ante un posible tsunami.

En la ciudad de Esmeraldas hay doce lugares, entre ellos unidades educativas, la Catedral Cristo Rey y el estadio Folke Anderson. En la parroquia rural Tachina hay tres lugares, en Camarones cinco sitios y en San Mateo uno.

Habitantes del sur de la urbe, como Hugo Cervantes, también piden sistemas sonoros de alerta temprana para comunicar a los habitantes de las riberas del río Teaone y que no les tome por sorpresa como sucedió con el desbordamiento de este afluente en junio del 2023.

Mario Ruiz recomendó más simulacros en los que se involucren los ciudadanos para que conozcan qué hacer en caso de un evento real. (I)