Desesperación es lo que vive la familia de Alejandra Chicaiza, de cinco miembros: su madre, su padre (68 años) y sus dos hermanos.
María Dolores, su mamá, sufrió un infarto cerebral el pasado viernes, y con ello empezó una pesadilla por conseguir atención médica. Ella tenía un problema del corazón. De profesión comerciante, es afiliada con aportaciones activas al seguro social aún sin optar por la jubilación.
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Viven en el norte de Quito, en el sector de La Ofelia. Luego que la salud de la mujer (65 años) padeció, pidieron una ambulancia, que Alejandra cuenta que nunca llegó, por lo que la trasladaron a un hospital del IESS de ese sector de la capital.
Se quejó de la atención en ese hospital, de la que refirió es deshumanizada por la poca colaboración para poderla ingresar. Luego de una valoración en la que les manifestaron que era un infarto, agregaron que no la podían recibir pues no tenían ni tomógrafo ni anticoagulantes.
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Pidieron una ambulancia para trasladarla a otro lugar, pero tampoco hubo.
Fue hospitalizada en una casa de salud privada. Ingresó por emergencias y reconoció un mejor trato del personal médico, a excepción de la parte administrativa. Le colocaron anticoagulantes y después hubo un procedimiento especial, pero no fue totalmente exitoso. Está sedada.
Les manifestaron que iba a necesitar una unidad de cuidados intensivos (UCI), por lo que se buscó una derivación al hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) del IESS, porque es afiliada.
El lunes empezaron con los trámites para que se le hiciera el traslado, cuya solicitud se hizo a través de un correo electrónico, pero la respuesta del HCAM fue que no tenían capacidad en UCI.
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De la parte administrativa del hospital privado se quejó, pues han pedido un documento para ser presentado en la Dirección Provincial de Salud del IESS, para que se haga cargo de los costos, pero la respuesta ha sido que se lo da únicamente cuando la cuenta se cancela, comentó. Hasta el domingo estaba en $ 30.000 y va sumando.
Pidió que las solicitudes de derivación a hospitales se hagan de manera simultánea y no día por día.
“Estamos reclamando que se garantice la salud de mi mamá (...). Es una situación desesperante. La vida de mi mamá no debería ser un juego, así como la vida de nadie. El trato deshumanizado del IESS, la monetización de la salud después y la inoperancia de las autoridades también”, dijo.
Buscan que se reactive la red provincial de salud para que el IESS se encargue de verificar disponibilidad en una casa de salud propia o en una privada.
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Recibió mensajes del IESS indicando los pasos a seguir, lo que ya han hecho, señaló.
La historia fue posteada en redes sociales y recibió respuestas de usuarios, quienes le manifestaron su solidaridad y la posibilidad de ayudarla, e inclusive le sugirieron que llegue al ámbito judicial.
Otros se refirieron a la complejidad que resulta enfermarse en Ecuador.
Desde el HCAM se indicó que los traslados dependen de la capacidad resolutiva, del criterio médico y si existen camas, pero también se aplica la activación de la red de salud en caso de que no se pueda recibir a un paciente. (I)