Un objeto, similar a una roca de color gris claro, está detrás de una caja de vidrio en una de las salas del Museo Aeronáutico de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), en el norte de Quito.

Es el único meteorito registrado en Ecuador. Hace quince años, en las cercanías de la ciudad de Daule logró ser recolectado. Luego fue sometido a varios análisis, entre ellos de propiedades, dureza, luz reflejada, densidad, análisis de elementos químicos, mediciones radioactivas y más.

Según informó la Escuela Politécnica Nacional (EPN), el objetivo de una colaboración entre esa institución y la FAE era obtener información para que pueda ser presentada a los visitantes del museo.

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Los departamentos que hicieron los análisis fueron Metalurgia Extractiva, Geología y Ciencias Nucleares.

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El objeto fue hallado en marzo del 2008 en Daule. Foto: El Universo

Milton Ramírez, exintegrante del desaparecido Instituto Espacial Ecuatoriano, ingeniero geólogo y un especialista en colisiones de meteoritos, mencionó que son naturales esos “encuentros del planeta” con pequeñas rocas que están en el espacio interplanetario.

Agregó que la Tierra, en su movimiento de traslación, colisiona con estos objetos y se produce ese tipo de eventos, que son muy singulares por la luminosidad que presentan.

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De hecho, rocas que parecían estar envueltas en llamas fue lo que testigos vieron en 2008 cuando ese objeto cayó.

Sostuvo que hay varias épocas del año del planeta donde se produce ese tipo de eventos.

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En el país, precisó Ramírez, hay varios videos en que se muestra la posibilidad de que haya caído ese tipo de objetos en territorio ecuatoriano, pero solo uno fue recuperado, en 2008, en una hacienda en el sector de Daule.

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En una de las salas del museo de la FAE se lo puede encontrar. Foto: El Universo

La roca que se encontró en la hacienda —en marzo de ese año— estaba a un metro de profundidad, en medio de unos matorrales de piñuela (planta parecida a la sábila) y dejó un orificio de 30 cm de diámetro donde cayó. Tenía 9 libras de peso y era de color marrón, con un diámetro de 20 cm. Fue entregado a la FAE.

El especialista indicó que está prácticamente completo, salvo unos pocos gramos usados para su estudio en 2017, y las conclusiones fueron presentadas en las octavas Jornadas de Ciencias de la Tierra de la Politécnica Nacional. Algunos fragmentos también se enviaron a Estados Unidos para que se haga un estudio de magnetismo.

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Un meteorito fue estudiado por personal especializado de la Escuela Politécnica Nacional (EPN). Foto: Cortesía

“Solamente hasta el momento se tiene conocimiento de uno (...). Se determinó que era un meteorito básicamente por el tipo de minerales, la estructura que posee”, dijo.

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El color gris claro es único, porque al compararlo con rocas de la Tierra estas son de color gris oscuro o casi negro, lo que atribuyó al ambiente en el cual se formó por la falta de oxígeno.

Indicó que son fragmentos de la formación, inclusive, del sistema solar y de nuestro planeta.

Agregó que es importante conocerlos porque se encuentran minerales que ya no existen en el planeta por las características geológicas que hay, por lo que llamó a la colaboración para —en caso de saber de su existencia— que se comuniquen con la Politécnica, en donde hay un pequeño fragmento del meteorito del 2008, que se encuentra en el Museo de Geología. (I)