Terminada la Navidad en al menos tres zonas de Quito, los tradicionales monigotes empiezan a ser exhibidos.

Se los puede hallar en el sector de Carcelén, el parque La Carolina, al norte de Quito, y en el centro de la ciudad, en la calle Benalcázar y Rocafuerte.

Hay desde $ 4 hasta $ 300. Familias enteras como los Pallasco- Baraja se dedican a ese negocio desde hace décadas aunque el aumento del costo del papel, el insumo básico para su elaboración, ha hecho que el precio también haya sufrido afectación en 2023.

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Martha Pallasco trajo los denominados años viejos desde Guayaquil. Llegó a la capital el lunes y desde el martes ya los estaba acomodando en un local que abre las puertas durante diciembre, primero con artículos navideños.

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En un espacio abierto al norte de Quito, en Carcelén, se muestran muñecos elaborados de papel para la quema del 2023. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

Compra el producto en la 6 de Marzo, en el Puerto Principal, pero se quejó que está demasiado caro el papel y el cartón.

Cada año solía traer de 200 a 300, pero para este 2023 entre 100 a 150 monigotes. Una figura de payaso compró a $ 25, más el flete $ 5, y lo dan al $ 35 al público para obtener una ganancia.

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La paca de papel que solía valer entre $ 50 y $ 60 ahora vale $ 90, aseguró.

Los más baratos cuestan $ 10 y representan figuras de dibujos animados, y el más caro vale $ 90 de personajes de televisión y de películas.

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Hay interés de otras provincias como Ibarra y desde cantones del norte como Cayambe así como personas que se llevan para revenderlos, contó.

Lleva 15 años en el negocio, pues sostuvo que es una tradición familiar.

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Una careta que representa al expresidente Guillermo Lasso es parte de las ofertas de quienes venden años viejos en la capital. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

Mary Aurelia Trejo, de 60 años, lleva la mitad de su vida vendiendo monigotes. Los muestran al público un día después de que ha terminado la Navidad hasta el 31 de diciembre, en un local abierto que arrienda a un equipo de fútbol en Carcelén.

Si bien la mayoría de los muñecos los traen de Guayaquil, hay artesanos como Xavier Quishpe que sí confecciona algunos de personajes como Piolín que los hace de papel y que con mucha habilidad y experiencia los termina en dos días.

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Frente a una fila de monigotes alineados y mientras pintaba, Quishpe indicó que $ 5 cuesta el más económico y el más caro $ 300 que mide tres metros y es una figura basada en una nueva película de Mario Bros. También hay muñecos como la del presidente Daniel Noboa Azín que cuesta $ 120.

Ha invertido alrededor de $ 5.000 para este año en traer y armar su exhibición de años viejos. Sino termina de vender todos los guardará para 2024.

Trejo sostuvo que en el Puerto Principal tienen los moldes y la técnica y ese el motivo para traerlos desde allá.

Familias también tienen la costumbre de ir a ciertos lugares a comprar los monigotes. Ese es el caso de Wilmer Pérez, quien llegó junto a sus allegados a Carcelén desde Guayllabamba para darse “una vueltita”, a ver a cómo están los precios y escoger alguno.

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Las figuras son acomodadas para que el público pueda seleccionar al que más le guste. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

Pérez mencionó que todos los años van a mismo lugar a seleccionar un muñeco, pues destacó la variedad y los valores.

Tenían un presupuesto de entre $ 20 a $ 25 para adquirir un muñeco.

Mencionó que ha habido años en que no han quemado monigotes porque prefieren tenerlos como adornos para su domicilio pues no pierden el color.

En la plazoleta Santa Clara, en el centro histórico de Quito se ubica “El Mundo de la Careta”.

Paúl Herrera, comerciante de los monigotes y caretas, señaló que la tradición en este tipo de negocio tiene más de 30 años, y se ha convertido en el punto de venta para clientes finales y para otros comercios.

Diez miembros de una misma familia trabajan en la fabricación y venta de caretas y monigotes con diferentes motivos. La fábrica está ubicada en el valle de los Chillos.

Herrera indicó que algunos monigotes compran en Guayaquil y otros los fabrican ellos. Entre los personajes principales que piden los clientes están el expresidente Guillermo Lasso, el actual presidente, Daniel Noboa, y Alexander Domínguez, arquero del club Liga de Quito.

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Venta de caretas y monigotes en el centro histórico de Quito. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas

El costo de los monigotes va desde $ 4, los más pequeños, hasta $ 35 los grandes.

En cuanto a los precios de las caretas, al por mayor se venden desde $ 1,20 y en el mercado al por menor se ofrecen en $ 2,50. Las caretas más pequeñas se venden desde $ 0,60 al por mayor.

Marcia Simbaña se dedica a la venta de monigotes y caretas desde hace quince años. Ella tiene su puesto ubicado en el parqueadero 5 del parque La Carolina, al norte de la ciudad.

Una vez que terminó de vender artículos navideños se dedicará por completo a las figuras que despiden el año. (I)