Postes, puentes y estructuras públicas en el norte, centro y sur de Quito están saturados de material publicitario. Panfletos, hojas, carteles y hasta gigantografías ofrecen todo tipo de servicios, muchos de ellos pegados uno sobre otro, sin ningún control o retiro a tiempo.

Uno de los sectores más afectados es Iñaquito, en el centro financiero de la capital. Los vecinos aseguran que todos los días llegan personas a colocar nuevos anuncios sin siquiera retirar los anteriores.

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“Esto ya es un problema de insalubridad. Nadie respeta nada. Encima del cartel viejo pegan uno nuevo y, sumado a la basura de los negocios, esto se ha vuelto insostenible”, manifestó María Zumba, adulta mayor que reside entre las avenidas Japón e Iñaquito.

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El concejal Wilson Merino, del Distrito Metropolitano de Quito, afirmó que actualmente no existe un control sistemático sobre la colocación ni el retiro de publicidad en postes, lo que se agrava en épocas de elecciones.

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“La gente hace lo que le da la gana. No hay cultura social ni conciencia de que lo público es de todos. Lo ven como algo ajeno que pueden usar libremente”, declaró con firmeza.

Según datos municipales, el 80 % de postes en la ciudad están cubiertos por publicidad, ya sea empresarial, electoral o incluso servicios esotéricos como lectura de cartas.

Vecinos afirman que la colocación de propagandas impresas se está volviendo un problema. Foto: Alejandro Ortiz

Zonas como la Ruta Viva y la avenida Simón Bolívar permanecen llenas de propaganda política, pese a que el plazo para su retiro ya venció.

“En estas vías de alta velocidad está prohibida la colocación de carteles, y aun así se ha hecho sin autorización”, enfatizó Merino.

Ante esta situación, una nueva ordenanza fue presentada en el Concejo Metropolitano. El objetivo es erradicar esta práctica y establecer espacios específicos en cada Administración Zonal para que se utilicen de forma regulada, priorizando avisos de emprendimientos sostenibles, negocios locales y causas sociales como personas o animales perdidos.

“Queremos liberar calles, puentes, árboles y postes de esta propaganda que inunda la ciudad todos los días. Quito necesita orden y limpieza visual”, dijo el concejal.

La propuesta también incluye sanciones estrictas. Cada elemento publicitario colocado en sitios prohibidos será multado con el equivalente a tres salarios básicos ($1.410), y en caso de reincidencia, el valor se duplicará.

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La ordenanza ya fue presentada, calificada y asignada a la Comisión de Uso de Suelo del Municipio, donde deberá ser analizada antes de someterse a votación. (I)