La reciente eliminación del subsidio al diésel aún no golpea los bolsillos de los compradores en Machala, pero los comerciantes están expectantes por posibles variaciones de precios de productos.
Aunque los precios de los insumos de primera necesidad se mantienen, la incertidumbre crece ante la posibilidad de aumentos en los próximos días, cuando lleguen nuevos pedidos de mercadería.
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Sonia Vélez, con más de 30 años vendiendo pollo y gallina, contó que no ha visto cambios en su negocio hasta ahora. “Sigue el mismo precio, no ha subido nada. La libra de pechuga, fileteada o con menudencia, se mantiene entre $ 1,30 y $ 1,50”, explicó, mientras atendía a sus clientes en un mercado de la ciudad.
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En el área de carnes rojas la situación era similar. Álex Feijoo, carnicero, indicó que el precio de la libra de carne especial continúa en $ 4. “No nos han dicho que vaya a subir nada. Por ahora todo sigue igual”, aseguró, mientras cortaba un pedido para una familia que compra semanalmente.
Otros comerciantes también expusieron un panorama similar. María Hurtado, dedicada a la venta de arroz, pollo y otros productos básicos, señaló que hasta el momento no ha visto diferencia. “Todo se mantiene. Pero una no sabe si en la próxima compra vendrá el cambio”, expresó, reflejando la preocupación que recorre los pasillos del mercado.
El punto de mayor inquietud surge en torno a las nuevas adquisiciones de mercadería. Érika Ruiz explicó que conservan los precios anteriores porque no han renovado su stock. “Sí nos han comentado que la papa, el tomate, el plátano y la cebolla están subiendo. El lunes, cuando pidamos productos, sabremos realmente qué pasa”, advirtió.
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Algunos ya perciben ajustes. Arturo Apolo, comerciante, reportó que el saco de papa pasó de $ 10 a $ 16 en pocos días, mientras que productos como el choclo y la zanahoria también encarecieron su precio. “Todos esos vienen de la Sierra, y el transporte es lo que primero se encarece”, detalló.
La visión de los compradores confirma esas variaciones. Sandra Calle, clienta frecuente, aseguró que ha notado incrementos en los alimentos de consumo diario. “El verde cada día sube más. Se complica poner el pan en la mesa si las cosas siguen así”, dijo con preocupación por el impacto en su presupuesto familiar.
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Paola Fajardo, quien comercializa frutas, también percibe movimientos al alza. “El aguacate, que antes costaba $ 0,60, ahora está en $ 0,80. Ya no se puede vender a $ 0,50 como antes porque traerlo desde la Sierra sale más caro”, relató, mientras acomodaba su mercadería.
Los comerciantes señalaron además un segundo factor de riesgo: las anunciadas paralizaciones de las agrupaciones indígenas. Temen que las movilizaciones dificulten el ingreso de los productos de otras provincias.
“Si no hay transporte, no llegan los productos y eso genera especulación. Hasta ahora no ha pasado aquí, pero estamos pendientes”, comentó un vendedor de abarrotes.
Gracias a que las autoridades han ejecutado controles para evitar la especulación, en los mercados de Machala no se han visto incrementos significativos.
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Para los comerciantes y consumidores, las próximas semanas definirán el verdadero impacto de la eliminación del subsidio al diésel, cuando los camiones lleguen con nuevos precios y las paralizaciones marquen el ritmo del abastecimiento. (I)