Esmeraldas
Montículos de madera y arena dificultan la movilidad y permanencia de los visitantes y deportistas que llegan a diario al balneario Las Palmas, en el norte de la ciudad de Esmeraldas.
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La madera acumulada en la playa se debe al desbordamiento de siete ríos en la provincia de Esmeraldas, producido por las fuertes lluvias del 4 de junio pasado.
Con maquinaria pesada se recogió la palizada y quedaron en montículos con la arena para su evacuación.
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Hasta el sábado 24 no los habían retirado, ocasionando inconvenientes de visibilidad y acceso a la playa, comentó Oliver Portocarrero, quien alquila sillas y carpas en el balneario Las Palmas.
A esto se suma que personas con conducta irregular utilizan estos lugares como escondites para consumir alcohol o sustancias psicotrópicas, o para cometer algún delito contra la moral, dijo una usuaria que realiza caminatas por la playa.
También los propietarios de bares y restaurantes del malecón de Las Palmas piden el desalojo de los escombros para no afectar el entorno de la playa.
El Municipio de Esmeraldas aún tiene concentrada su maquinaria en la remoción de escombros y lodo de algunos barrios que fueron afectados por el desbordamiento del río Teaone.
Las palizadas dificultan también el ingreso de las tortugas marinas a su anidación en las playas en esta temporada.
La fundación Reto Same, del cantón Atacames, realizó mingas y desalojo de materiales para el acceso de las tortugas, detalló Pastor Rodríguez, líder de esta agrupación.
A este lugar llegó una tortuga marina verde (Chelonia mydas), que es una especie de gran tamaño y se distribuye por los mares tropicales y subtropicales alrededor del mundo, con dos poblaciones distintas en los océanos Atlántico y Pacífico.
Por otra parte, los moradores de los barrios Nuevo Amanecer del Pacífico y 15 de Julio, en Atacames, solicitaron al Municipio la limpieza del río Taseche, que tiene acumulación de basura y lodo, con el riesgo de nuevos desbordamientos, como sucedió a inicios de este mes.
Retorno progresivo a clases
Las unidades escolares Alfonso Quiñónez y Fausto Molina reiniciaron clases de manera progresiva y por el lapso de tres horas y sin recreo. Estos planteles y otros cinco más fueron asignados como albergues temporales para las familias damnificadas por los desbordamientos de ríos en Esmeraldas.
La unidad Fausto Molina alberga a 36 familias (130 personas) del sector Los Mangos y 24 de Mayo. El rector del plantel, Paúl Escobar, refirió que las clases se reiniciaron el viernes anterior por disposición del Distrito de Educación y por pedido de los padres de familia.
“Los alumnos ocupan las aulas no habitadas y ayudas en su seguridad y protección en el ingreso, salida y en horas de clases”, reveló Gioconda Quiñónez, coordinadora del albergue.
El Ministerio de Educación e instituciones particulares contribuyen con la reposición de útiles escolares y uniformes que los estudiantes perdieron en sus viviendas por los desbordamientos. (I)