En total ya son cuatro las denominadas Warmi Pichincha, auspiciadas por la Prefectura, que atienden a víctimas de violencia de género. Desde marzo del 2020 se inició con este proyecto que ahora se inauguró en colaboración con el GAD parroquial de Alangasí.

También el Gobierno provincial informó que tiene habilitada la línea 166, que funciona de manera gratuita para el auxilio de las víctimas. Según la información oficial, esta línea está activa con un operador las 24 horas del día.

En Pichincha más del 37 % de mujeres mayores de 15 años han sufrido de algún tipo de violencia en los últimos 12 meses.

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En Quito, las mujeres víctimas de violencia de género pueden recibir ayuda en la Casa de la Mujer

Los servicios que se ofrecen son de asesoría jurídica, a través de trabajadores sociales, apoyo psicológico y patrocinio judicial.

El primer centro Warmi se ubica en la planta baja de la Prefectura, en la plaza de la República. Otro está en Calderón, un tercero en el parque de Conocoto y el nuevo ubicado en Alangasí.

Además, una donación de CARE entregó un vehículo para la realización del mismo trabajo de manera itinerante. La prefecta de Pichincha, Paola Pabón, dijo que se trabajará en la prevención y también en el apoyo que requieran las víctimas para salir del círculo de violencia.

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El camión donado servirá para ir a los puntos más alejados donde la información llega con dificultad, explicó Pabón. “Se convertirá en una oficina rodante y lo uniremos a las jornadas de Pichincha Humana para complementar la atención en violencia y de salud”, agregó.

Para gestionar las acciones de la unidad móvil se trabajará con las juntas parroquiales, municipios y juntas cantonales.

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De acuerdo con las cifras de la Prefectura, mil llamadas se han recibido, desde septiembre del 2020, cuando se lanzó la línea de atención. En atenciones presenciales suman dos mil usuarias, en los tres centros existentes.

En el centro de atención telefónica se brinda contingencia psicológica de emergencia y se coordina la intervención de la Policía Nacional, en casos de emergencia.

Un problema, dijo la prefecta, es cuando las mujeres no quieren denunciar ni alejarse del agresor. Un motivo sería la dependencia económica. Para lidiar con esto, las personas pueden acceder a los programas de la Prefectura.

“Hacemos certificaciones, cadenas de comercialización, ferias productivas”, quienes lo deseen pueden acceder a trabajar a través de las actividades propuestas, finalizó Pabón. (I)

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