CUENCA
La muerte de un joven dentro de un quirófano al someterse a una cirugía de nariz generó conmoción en Cuenca.
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La familia del fallecido acusa al cirujano de mala práctica profesional, mientras que su abogado defensor aludió que la causa fue un medicamento supuestamente contaminado, el que habría sido facilitado por la misma clínica.
Jesse Sair era un joven de 19 años nacido en Estados Unidos. Según sus allegados, él desde hace dos años empezó a seguir a un cirujano estético en su cuenta de Instagram.
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Lo que vio y ofrecía lo convenció para tomar contacto con él. Luego de un año y medio acordaron que la operación se realizaría en octubre de este año en una clínica privada de Cuenca.
Walter, padre del fallecido, contó que la promesa del galeno era que “entraba y salía caminando” de la operación, pero al final esto no ocurrió.
Aunque tenían la confianza puesta en el profesional, les pareció inusual que a las pocas horas de la intervención había que cambiar de clínica.
En un inicio el pacto era realizarla en una ubicada por el sector del Coliseo Mayor de Deportes, sin embargo, luego se trasladaron a otra localizada a pocos metros de la feria libre.
Contaron además que tras conocer la muerte, todos se ofuscaron y como una especie de compensación el médico investigado les pagó la cuenta de la clínica que superaba los $ 14.000.
Inconformes con eso y en su afán de exigir justicia, empezaron una demanda. Según contaron, “nada les devolverá” a su allegado.
Walter Sari, el padre del joven fallecido, dijo que esto no tiene relación con perseguir una reparación económica, sino para sentar precedentes y que otras personas “no se dejen engañar por las redes sociales”.
Mientras tanto, el abogado defensor de la familia, Diego Beltrán, explicó que se acusó al cirujano, al anestesiólogo y al representante legal de la clínica, por el presunto delito de muerte culposa por una mala práctica médica.
En tanto que Elsa Córdova, madre de Jesse, fue enfática al decir que no quieren dinero ni quieren aprovecharse de la situación, sino únicamente justicia para que estos casos no se repitan. “La muerte de mi hijo no tiene precio”, insistió.
La mañana de este martes, el acusado y la parte demandante se encontraron en la Fiscalía del Azuay, porque el cuestionado médico iba a rendir su versión de los hechos.
Antes de ingresar, su abogado defensor, Miguel Sarmiento, explicó que la cirugía fue un éxito, pero lo que causó la muerte fue un medicamento “contaminado por un virus”, y aunque evitó ser específico sobre quién proporcionó el fármaco, agregó: “Tengo entendido que la clínica es la que proporciona los medicamentos así como cobra por el tema de la cirugía”. (I)