Tisaleo, TUNGURAHUA
Por segundo año consecutivo, la fiesta del Inga Palla no se realizará como en ocasiones anteriores, cuando el principal atractivo de esta celebración cultural es la escenificación de la guerra de 1534 en el sector El Relleno, donde el cacique Tisaleo se opuso al ingreso de las tropas españolas en su paso hacia el Reino de Quito, según la historia.
La pandemia del COVID-19 obliga a las restricciones. El padre Adriano Sánchez, párroco de Tisaleo, comentó que por esta situación el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal decidió que solo habrá las celebraciones religiosas con el aforo que tiene la iglesia cantonal, que es con una capacidad de 210 personas.
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Informó que se realizarán las novenas a partir del 5 de octubre, a las 19:00, cada capitán (prioste) tendrá dos noches. En una se realizarán las obediencias (un ritual como promesa a Dios por la intercesión de santa Lucía); mientras que en la segunda, con un número reducido de participantes, se hará el simulacro de la guerra.
Fiesta del Inga Palla se encamina a patrimonio
Aparte habrá las celebraciones litúrgicas y eucarísticas.
El religioso explicó que hay un grupo de voluntarios que ayudarán en el control de las personas que ingresen a la iglesia, con la finalidad de no permitir que haya más del aforo permitido.
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El sacerdote reconoció que los capitanes se mostraron preocupados porque no habrá ninguno de los otros programas, ante lo cual argumentó que esperarán a ver si en los siguientes días hay alguna nueva disposición del COE nacional con relación a este tipo de actividades culturales.
Sánchez comentó que la fiesta del Inga Palla es una demostración de la devoción de la gente a santa Lucía, que en años anteriores atraía a cientos de fieles no solo de Tisaleo o Tungurahua, sino de otras localidades y provincias del país. (I)