Amaira B. tiene problemas de movilidad en una pierna. Semanas atrás necesitaba atención médica urgente por una fisura en el pie.
Ella fue al hospital del Seguro Social, pero no halló la atención adecuada. Sus familiares reclamaron al traumatólogo y a quienes se encontraban en el área de emergencia.
Según ellos, el galeno habría solicitado $ 140 para aplicarle el yeso quirúrgico, y eso generó altercados.
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La situación fue trasladada a Ernesto Sosa, de la Defensoría del Pueblo de Esmeraldas. Eso motivó una reunión con la gerenta administrativa de este sanatorio.
A Belinda M. le asignaron un turno en emergencia con triaje de priorización. Esperó varias horas porque el galeno de turno no asistió a su puesto de trabajo ese día.
En cambio, Betty N., esposa de un jubilado, contó que a ella le tocó comprar medicamentos en farmacias particulares porque no había en el Seguro. “Solo los exámenes médicos le hicieron en laboratorio y le asignaron la cama de hospitalización”, dijo la mujer.
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Estos son solo unos casos que revelan la deficiente atención de salud que reciben afiliados y usuarios de los servicios de salud en la provincia de Esmeraldas.
Un reciente suceso fue el fallecimiento de una profesional en enfermería que fue ingresada con cuadro clínico de derrame cerebral y, al parecer, no fue transferida a un sanatorio especializado, según sus familiares.
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Jorge Crespo, del Frente de Jubilados y Pensionistas de Esmeraldas, recordó que desde el 2012 gestionan la construcción de un nuevo hospital del Seguro Social de Esmeraldas en el sector de la Propicia.
Desde esa fecha se conformó el comité pro construcción del sanatorio de primer nivel para 412 camas, pero el terreno no sería el adecuado por estar cerca a orillas del río Teaone, que se ha desbordado por los fuertes inviernos, expresó el concejal Jorge Perea, de la comisión municipal de terrenos.
Mientras que en el hospital básico faltarían medicinas, reactivos, insumos y equipos, daños que fueron expuestos a las autoridades del Seguro Social y asambleístas, expresó San Martín.
Eduardo Peña, expresidente del directorio del IESS, constató meses atrás estas necesidades y el pedido del nuevo hospital que está en análisis.
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Unos 300.000 usuarios, afiliados activos, jubilados y del Seguro Campesino, recibirían atención en los hospitales del Seguro y en los 34 dispensarios del Seguro Campesino, en esta provincia.
Hospital a la espera de reapertura
Otro de los reclamos es la reapertura del hospital antiguo Delfina Torres, cerrado desde el 2017 luego de la inauguración de una réplica en el sur de la urbe.
Este hospital se encuentra en la zona centro de la capital esmeraldeña. Hace poco se realizó una minga con Jóvenes en Acción, pero la parte trasera de esta casa de salud se encuentra sin cerramiento seguro.
Yoli Márquez, enfermera profesional del hospital Delfina Torres y actual concejala urbana, comentó que la mayor demanda de servicios médicos son en ginecología.
“No hay camas y las mujeres deben desocuparlas una vez que dan a luz para ingresar a otra”, detalló la edila.
Consideró que el antiguo Delfina Torres debe ser principalmente para ginecología, pediatría y medicina general.
En tanto que en el hospital del sur, los empleados y galenos de turno están más tranquilos luego que bajaron los índices de violencia en la capital esmeraldeña.
Narcisa F., enfermera de este sanatorio, recordó que algunos heridos con índices delictivos eran esposados por los servidores policiales, lo que generaba temor a los pacientes internados en el área de emergencia. (I)