Tulcán

Las vías fronterizas frente a Colombia, ubicadas en el noroccidente de Carchi, se han convertido en la senda que utilizan los carteles del narcotráfico que operan en el suroccidente colombiano (Nariño y Putumayo) para ingresar droga al Ecuador.

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Los traficantes de armas y pertrechos militares filtran por estas arterias desde Carchi estos elementos que vienen del Perú y Chile para abastecer a los grupos armados al margen de la ley del vecino país del norte.

Según fuentes militares, estas organizaciones narcodelictivas colombianas asentadas en los fronterizos departamentos (provincias) de Nariño y Putumayo reciben el resguardo de las disidencias de la guerrilla colombiana o de bandas y grupos armados.

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Miembros de las Fuerzas Armadas, a través del Batallón de Infantería Mayor Galo Molina de Tulcán (BI-39), en las últimas horas inmovilizaron en el sector la Y de la Esperanza, en la parroquia de Chical, a 100 km de Tulcán, un saco de yute con munición de guerra.

Elementos del Destacamento Militar de Chical incautaron 261 municiones calibre 5,56 mm para fusil. Y según información proporcionada por el BI 39, la guerrilla de Colombia paga $ 5 por cada proyectil en Ecuador, una vez en territorio colombiano alcanza un precio de $ 8.

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Mario Pazmiño, experto militar, señaló que los suministros llegan a Pichincha, considerada provincia bisagra, donde existe una ramificación hacia Carchi que abre dos rutas: una que va a Nariño y otra hacia Sucumbíos para pasar a Putumayo.

Otro corredor del tráfico de armas, dijo Pazmiño, recorre la serranía ecuatoriana y atraviesa Azuay, Cañar, Chimborazo, Tungurahua, con una ramificación hacia Sucumbíos y luego va al departamento de Putumayo, en Colombia.

Durante la acción efectuada por los militares en los operativos de vigilancia y protección de fronteras no hubo detenidos, hay la presunción de que al notar la presencia de los uniformados quienes movilizaban los cartuchos dejaron botando el costal y huyeron de la zona. (I)