Desde tempranas horas de este sábado, personal de la Dinased retiró un cadáver que era velado en una vivienda para practicarle la autopsia respectiva. El sepelio sería en la tarde en el cementerio general de Quevedo.
Este caso se tornó un tanto particular, pues cerca de las 11:00 del viernes, el cadáver de Jaime Portilla Párraga, de 26 años, fue retirado por sus familiares del ataúd para ser trasladado en el balde de una camioneta hasta el hospital Sagrado Corazón de Jesús.
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Jaime Portilla, padre del fallecido, comentó que desde que su hijo fue declarado muerto, no había dejado de tener movimientos, y según él, un médico particular indicó que lo revisó en el domicilio y que hasta las 06:00 de ese día presentaba signos vitales.
“Para Dios no hay imposibles, mi hijo tenía signos vitales y cuando se accidentó los médicos dijeron que ya estaba sin vida, cuando no fue así, él tenía signos vitales, pero no lo quisieron atender en el hospital. Tampoco permitimos que le hagan la autopsia porque somos creyentes cristianos, hasta mañana (sábado), lo mantendremos en el velatorio para ver si reacciona porque presenta movimientos musculares”, explicó el progenitor.
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El ciudadano perdió la vida en un accidente de motocicleta que se registró aproximadamente a las 23:00 del jueves, en la vía a El Empalme, en una competencia clandestina de motos que se realiza de manera recurrente en un tramo de la carretera.
Al joven, según un video que se viralizó en redes sociales, mientras ejecutaba piruetas (piques) en su motocicleta, otro motorizado se le fue encima, dando paso a la tragedia.
El otro motociclista involucrado en el choque se encuentra internado en una casa de salud de la ciudad y su estado de salud es crítico.
El velatorio de Jaime Portilla Párraga se efectuó en el sector Isla del Río, conocido popularmente como El Pantano, de Quevedo.
Sus familiares expresaron que dejó en la orfandad a una niña de 8 años, que procreó en su primer compromiso. (I)