Diego Criollo, de 35 años, es el cuarto de cinco hijos y le gusta el vóley. Su casa se encuentra en la calle N24C, en la zona más destruida por el aluvión, precisamente debajo de la meseta donde estaba la cancha de ecuavoli de La Comuna.

La corriente arrastró a, por lo menos, unas 40 personas que el lunes fueron a la cancha, según los reportes preliminares.

Cuando bajó el aluvión, Diego estaba trabajando en otra parte de la ciudad. Pasadas las 19:00 llegó a la zona del desastre y ahí se enteró de que su hermano Patricio, de 44 años, había desaparecido.

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Lo último que se sabía de Patricio es que había salido a jugar vóley esa tarde. Pero desde entonces no aparecía por ningún lado. “Nos dicen que estaba en la cancha de vóley, pero hasta ahora (miércoles 2 de febrero) no lo encontramos. Tenemos rastro de él hasta las 18:20, porque ha estado hablando con el hijo. Pero de ahí ya se vino el diluvio y no sabemos nada”.

Cuando comenzó la remoción de escombros, Diego se sumó a las cuadrillas de socorristas (como varios vecinos del sector), con la esperanza de que ninguno de los restos que iban apareciendo fuera el de su hermano mayor. Cada vez que los bomberos sacaban un cuerpo del lodo, Diego apretaba la pala que tenía entre sus manos, como si se fuera a caer.

Las jornadas de búsqueda se repitieron todos los días, hasta la noche. Un familiar que lo acompañó vio cuando encontraron un cuerpo. “No es, es una mujer”, le dijo, con lo que aumentó la angustia de no saber el estado de Patricio.

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El resto de la familia siguió preguntando en hospitales y en la morgue sin indicios del paradero de Patricio. “No hay más cuerpos, todos ya están reconocidos. Hay que seguir buscando”, le decían.

Patricio estaba separado, pero mantenía una buena comunicación con sus tres hijos, de 15, 12 y 4 años, quienes viven con su madre en Calderón, en el norte de Quito.

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QUITO.- Lugar en el que existía una cancha de vóley, en donde jugaba Patricio Criollo. Todo fue arrasado por el aluvión. Foto: Alfredo Cárdenas

Al describir a Patricio, a Diego se le humedecieron los ojos. “Es ponedor, servidor o volador. Juega de todo, por eso siempre estaba en la cancha”, dijo mientras miraba los escombros. Sin embargo, su esperanza por que aparezca es firme. Quiere que su hermano vuelva y siga siendo un todoterreno para el vóley

Al tercer día de búsqueda, el cuerpo de Patricio fue hallado. (I)