CUENCA
Este viernes se cumplen siete días de la búsqueda de Elías Bermeo, el joven de 15 años que fue arrastrado por las aguas del río Tarqui mientras estaba con unos amigos dentro de un embaulado.
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Hasta ahora, la única posible evidencia que han encontrado de él es un zapato, y frente a la incertidumbre, la familia se sumó al trabajo con un equipo adicional de rescatistas.
Bomberos, policías y de la Guardia Ciudadana han recorrido tres veces el cauce desde el lugar donde cayó el adolescente hasta su cruce con el río Cuenca, al extremo norte de la ciudad.
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No ha habido resultados positivos, pero eso no desmotiva a la familia que ha estado presente en todas las jornadas. En esta ocasión el trabajo fue más técnico, más especializado en puntos en los que ellos consideran “puede quedarse un cuerpo”, explicó Fredy Coronado, líder de la Unidad Acuática del Cuerpo de Bomberos.
Es así que para la jornada del viernes se dividieron en tres tramos: los agentes municipales desde Tres Puentes hasta la Universidad del Azuay, desde ahí hasta el puente de Monay la posta la toman los bomberos y el último tramo hasta el sector de Ucubamba es turno de la Policía Nacional a través del Grupo de Operaciones Especiales (GOE).
Mientras estaban en la planificación, unos familiares de Elías arribaron desde Macas, Morona Santiago, para sumarse al trabajo y meterse también a las aguas. Félix Chiriboga es quien se subió a una boya negra y se metió al agua en el primer tramo para hallar a su primo.
Agradece lo hecho hasta ahora por las autoridades, pero la incertidumbre de desconocer el paradero es su motivación para dar un nuevo apoyo.
Washington Ruiz, otro primo que también arribó desde la Amazonía, acompañó a sus demás parientes caminando todo el tiempo. Para él todo esfuerzo es necesario e importante, porque a pesar de las adversidades la esperanza de que Elías aparezca le da fortaleza.
Por su experiencia en estos temas y por los protocolos aplicados, Freddy Coronado explica que “es muy difícil, son pocas personas las que han salido con vida luego de tener un suceso en el río”. No habla desde una perspectiva fatalista, pero sí realista porque los caudales de los ríos de Cuenca suelen ser muy riesgosos, porque al nacer desde las montañas presentan bajas temperaturas que generan hipotermia o hay piedras o troncos en los que quedan atrapados.
Por eso pidió a la ciudadanía que sea precavida y no se acerque a las orillas que suelen estar resbalosas y causar situaciones fatales, como le ocurrió a Elías. (I)