Edmundo Torres, director general de Neo Ambiental y socio fundador del Pacto x la Sostenibilidad, abrió su intervención recordando que comunicar sobre el océano es “un acto de responsabilidad y transparencia”. Explicó que la comunicación ambiental cumple un rol distinto al de la comunicación tradicional: mientras esta última se centra en el producto final, la primera revela todo el proceso detrás. “Nos interesa mostrar cómo se pesca, dónde, quiénes lo hacen y bajo qué estándares”. También agregó que la trazabilidad es el punto de partida para generar confianza y educar a los consumidores.
En ese contexto, subrayó que comprender la importancia del océano es clave para cualquier conversación sobre sostenibilidad. “Cada dos respiraciones que tomamos, una proviene del océano”, afirmó, destacando su papel en la supervivencia humana.
El experto recordó que estos ecosistemas son fuente de alimento y de servicios naturales esenciales, factores que justifican la urgencia de protegerlos.
El comunicador señaló que hoy el 70 % de los consumidores prefiere productos sostenibles, un indicador que –dijo– obliga a las empresas a replantear sus prácticas. “Si no han dado el paso hacia la sostenibilidad, este es el momento”, sostuvo, aludiendo al crecimiento global del mercado responsable y a los avances que ya empiezan a darse en Ecuador.
Sobre el impacto real de la comunicación ambiental, Torres enfatizó que esta debe ir acompañada de corresponsabilidad entre Estado, empresas, comunidades y academia. “Debemos trabajar de manera conjunta para transmitir información y formar a las próximas generaciones, que serán los nuevos embajadores del océano”, puntualizó. Asimismo, planteó que los cambios empiezan en acciones pequeñas, pero sostenidas.
“Cada uno puede actuar desde su metro cuadrado”, señaló y mencionó hábitos como limpiar las playas al visitarlas o reducir el uso de plásticos, cuya presencia llega incluso al agua que consumimos y a los organismos marinos. Estas prácticas –resaltó– pueden parecer mínimas, pero generan transformaciones reales. “Lo importante es hacer algo –lo grande o lo pequeño–, porque esas acciones crean cambios”.
En conjunto, la intervención de Torres dejó en claro que la comunicación ambiental no solo informa: moviliza. Al revelar procesos, cuestionar hábitos y conectar a las personas con la fragilidad del océano, esta práctica se convierte en una herramienta que impulsa acciones más conscientes. (I)




















