Cuenca

A las puertas del feriado de carnaval y con la expectativa de una reactivación económica tras el duro golpe de la pandemia por el COVID-19, desde el sector turístico de Cuenca se impulsa una serie de lugares a visitar. La apuesta para este año es brindar a los visitantes experiencias naturales, gastronómicas y artesanales.

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En Cuenca, el carnaval es considerado una fiesta mayormente familiar en la que la gente se reúne en diferentes casas para comer y “mojarse”. Eso, en años pasados, hacía que la ciudad tuviera muy pocas cosas que mostrar durante los cuatro días; pero en la actualidad esto cambió, principalmente por la necesidad de una reactivación económica.

La directora ejecutiva de la Fundación Municipal Turismo, Angélica León, propone a los paseantes nacionales cinco experiencias que no deben faltar durante su estadía para no quedarse únicamente en el centro histórico.

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La primera vivencia que plantea se denomina “Panorámicas de la ciudad”, desde los balcones naturales de la ciudad ubicados en la zona este de la ciudad en las parroquias rurales Turi y Nulti.

La gastronomía cuencana es uno de los atractivos de esa ciudad. Cortesía de la Fundación Municipal de Turismo para Cuenca

En el primero se llega en auto o caminando hacia los miradores de El Calvario, Jalshi o El Boquerón; y en Nulti menciona a Jalshi. Pero sea cual sea la opción, los visitantes podrán degustar de una convivencia armónica con la naturaleza, pero al mismo tiempo desde lo más alto visualizar el desarrollo urbanístico de los últimos años.

Ligado a esto se encuentra lo natural, una propuesta dirigida más hacia quienes gustan del senderismo y la convivencia comunitaria enmarcada en el proyecto municipal ‘Cuenca, ciudad aventura’.

Cinco playas manabitas que están entre las preferidas de los buscadores de turismo

Aquí se plantean largas pero satisfactorias caminatas por los denominados “cerros sagrados” de la ciudad como el Pachamama, Guagualzhumi, Ictocruz, Monjas, Ucholoma, Shio, El Boquerón o Francesurco. Este último fue visitado por la Misión Geodésica Francesa en 1736 para medir un arco del meridiano y comprobar la forma redonda de la Tierra.

León refiere que el asunto no es solo caminar, sino también conocer a los habitantes de cada uno de estos sectores, que además de ofrecer una comida o bebida tradicional, también hacen participar de rituales de sanación espiritual, conocidas como limpias.

Y como un viaje no está completo sin la comida, la tercera experiencia sugerida es la gastronómica en sitios como el Museo de la Gastronomía Cuencana, ubicado en el sector de Challuabamba. En este lugar no solo se pueden degustar platillos típicos, sino conocer su historia en donde se muestra en orden cronológico la evolución de la agroproducción, desde la época precañari, cañari, inca, colonia, criolla, hasta la actualidad.

Eso sin dejar de lado las visitas obligadas a los mercados públicos de la ciudad, donde se prepara comida exclusiva e infaltable de la temporada como el mote pata o los dulces de higo o leche.

En la capital azuaya hay varias haciendas abiertas al turismo. Cortesía de la Fundación Municipal de Turismo para Cuenca

Si hay algo que caracteriza a Cuenca desde hace varias décadas es la producción de artesanías de diferente tipo. En este contexto, desde la Fundación Municipal de Turismo se sugiere una convivencia rural en la parroquia Checa, donde las manos hábiles de sus pobladores ofrecen una variedad de productos en paja toquilla. El trabajo está a cargo de la cooperativa Uniendo Manos (Unima). Checa está localizada a 13 kilómetros al norte de Cuenca.

Las experiencias turísticas para este feriado también pueden incluir las denominadas Haciendas Turísticas, emplazadas particularmente en la parroquia Tarqui, en el sur de la ciudad. Son negocios privados en los que se puede hacer una variedad de actividades como montar a caballo, senderismo de bajo nivel, etcétera. (I)