Una sombrilla, una gorra, una poma de agua o simplemente la fe acompañaron a los cientos de católicos que participaron de la procesión del Baño de la Cruz. Como cada año, el recorrido se desarrolló este Martes Santo con el trayecto desde la Catedral de Santa Elena hasta la playa de Ballenita.
El recorrido tomó alrededor de dos horas y media. Se colocaron diferentes estaciones en las que se realizaban cánticos y oraciones a cargo de integrantes de la diócesis de Santa Elena, entidad que realiza esta actividad.
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Entre las últimas paradas estuvo la de la iglesia Nuestra Señora de la Nube, allí se hizo el cambio de los portadores de la cruz. Los santos varones entregaron el símbolo a la delegación de pescadores.
En el grupo estaba Remigio Solano, quien tiene 66 años de edad y recuerda haber participado por 30 años consecutivos de esta actividad.
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”Una satisfacción muy grande porque Dios es el único que nos permite llegar a este momento, un año más (...) pedimos por la pesca y hemos visto su bendición”, comentó Solano sobre su participación en este evento.
Añadió que el año pasado fallecieron dos de sus compañeros y por ello el grupo responsable de recibir la cruz se redujo.
Tras el cambio de portadores, se continuó con el último tramo hacia la zona del malecón.
Allí, cientos de personas esperaban el paso de la cruz, la cual fue recibida por el agitado mar. Como parte del ritual, se sumergió el madero por varias ocasiones y luego fue levantado, mientras el resto de feligreses lanzaba agua en señal de júbilo.
Todo esto terminó con un aplauso al unísono de cientos de espectadores colocados estratégicamente en el mirador y en las rampas del malecón.
Entre ellos estuvo Leonor Franco, quien tiene cinco años como asistente. En este 2024 su pedido fue por los enfermos, especialmente por sus familiares que están atravesando una dura prueba.
Además, pidió por la paz, ante las situaciones que ocurren en el mundo. En tanto que Jenny Panchana, del cantón La Libertad, considera que es una penitencia por la familia y recordar la agonía de Jesús. Hablar del tema le generó sentimiento y los ojos se le llenaron de lágrimas, mientras insistió en la paz para el mundo.
Ella acudió junto con su esposo, José Reyes, y siguieron muy de cerca al grupo que portaba la cruz.
Otras localidades
En otras localidades de la provincia de Santa Elena también se desarrollarían en esta tarde eventos similares. La parroquia Anconcito, del cantón Salinas, fue una de estas. Chanduy también impulsó la actividad con un recorrido que se inició en Pechiche.
En todos estos lugares, al final se oficiaron misas campales con gran afluencia. (I)