Cuando Carlos Alberto Michelena Soria tenía 10 años se encontró con el teatro por un acto de juego y curiosidad. En el barrio El Dorado, en el centro de Quito, crearon el club con el mismo nombre del sector, un amigo de Michelena llamado Carlos Cruz prestó su sala para realizar reuniones, ahí conoció su primer acto, haciendo fonomímica (movimiento de la boca imitando el sonido que está de fondo).

Así se inició la historia del Miche, un actor quiteño que pasó de las salas de teatro, apariciones en televisión, presentaciones al aire libre, hasta ahora ingresar al mundo de las redes sociales, con cuentas en Instagram, YouTube y TikTok.

Nacido el 5 de enero de 1954, cerca de cumplir 70 años, Michelena recibió a un equipo de EL UNIVERSO para conversar un poco de su historia, del camino recorrido y su presente, pues aunque su cuerpo ya no es el flexible de antes, todavía mantiene la picardía en sus bromas y la inteligencia intacta al analizar la realidad del país.

Publicidad

Los cebiches de balde del Ipiales, en el centro histórico de Quito, una hueca que tiene más de 25 años de historia

Su madre, quien vendía periódicos y caramelos cerca del hospital Eugenio Espejo, lo obligó a que buscara un lugar donde continuar con sus estudios después de haber terminado la escuela.

El Miche tenía 15 años, así que salió a buscar algo que tuviera que ver con dibujo, una de sus mayores pasiones. En la Casa de la Cultura Ecuatoriana encontró la Escuela de Arte Dramático, pero como no cumplía con la edad fue de oyente.

Ahí tuvo uno de los primeros encontrones de la vida, a los dos años, con el maestro del lugar, un argentino de apellido Laguzzi. “Me botó reprobado, dijo que no servía, y en verdad yo también hubiera hecho lo mismo siendo profesor porque no participaba, no hablaba, no me llevaba con los otros amigos que eran más adultos, entonces era yo una cosa que no existía ahí, muy cohibido, entonces me dijo el profesor que mejor me vaya a buscar qué hacer y me botó de ahí”, relata con una sonrisa.

Publicidad

QUITO.- Actor de teatro Carlos Michelena, en su taller ubicado en el centro histórico de la capital. Foto: Carlos Granja Medranda

Luego pasó al teatro de ensayo, ahí interpretó su primer papel en la obra Huasipungo, escrita por Jorge Icaza. Su actuación fue de indio, “o sea, de lo mismo”, agrega. Luego de diez años llegó al teatro al aire libre, junto con otros actores tuvieron presentaciones en las plazas Santo Domingo, San Francisco y la plaza Grande (de la Independencia).

Mauricio Gallegos se empeña en un rincón de La Tola en mantener vivos los juegos tradicionales de Quito

En su vasta trayectoria ha actuado de todo, no solo ha hecho comedia, estuvo en obras como La noche de los asesinos, Dos viejos pánicos, Santa Juana de América, El médico a palos, La comedia de las equivocaciones, entre otras.

Publicidad

Cuando conoció el teatro de la calle se dio cuenta de que la modalidad era diferente, pues los episodios no podían durar más de 10 minutos, el cambio de concepto le dio el inicio a los personajes, los que le convirtieron en el ídolo callejero que se ganó el cariño de la gente y la ira de otros.

Entre una sala llena de cuadros con diversas pinturas de diferentes artistas, la mayoría amigos de él, entre maletas, baúles con una infinidad de caretas de su creación, trajes colgados en armadores y una ventana que revela el sol del mediodía en el centro de Quito, comenta que el primer personaje que interpretó fue el de un candidato político. En ese tiempo, junto con otros compañeros crearon el Partido Ecuatoriano de Oposición (PEDO).

Estos son los cinco lugares más emblemáticos de Quito, una alternativa para visitarlos en estas fiestas

Michelena personificó a Agapito, y aunque la obra no tuvo el éxito esperado, sirvió como medida de lo que su público esperaba. Con el tiempo imitó a varios expresidentes, policías, personajes de la historia nacional, vecinas y personas del diario vivir que tenían algo que contar, el sentir de la gente.

El último personaje que ha interpretado es el de un punkero (seguidor de la música estilo punk). Ese personaje salió en su cuenta oficial de TikTok, una plataforma a la que le convencieron de registrarse para crear contenido, después de que otras personas subieran sus videos y se hicieran pasar por una cuenta oficial. Le convencieron, pues siempre ha sido renuente a la tecnología, no tiene celular.

Publicidad

El Miche no se considera un artista, sino un artesano. En su taller tiene todos los productos necesarios para elaborar las caretas de los nuevos personajes, coser de manera rudimentaria sus trajes y explotar uno de sus mayores gustos, el dibujo.

QUITO.- Carlos Michelena aparte de ser un actor de teatro es dibujante, esta es una de sus obras. Foto: Carlos Granja Medranda

En 2019 creó una historieta con los momentos de dolor que sintió al encontrar a su madre sobre el suelo, pidió ayuda a emergencias, pero no le ayudaron. En el hospital tuvo que esperar hasta que su madre fuera atendida, entre los pacientes nacieron otras historias que ponen en evidencia la realidad que pasan las personas en el sistema de salud pública. El nombre del folleto es Jatum.

Una de sus más representativas obras es un autorretrato de lo que ha hecho por muchos años, se lama Teatro de la calle, y tiene al Miche con una rodilla en el piso, en la mano derecha una careta y rodeado por un círculo de personas que demuestra a su audiencia.

Camila Becerra: Desde niña mi mamá y mi papá me decían algún día tú vas a ser Reina de Quito

En el reverso de esta impresión dice: “Parque El Ejido, entrando por la avenida 6 de Diciembre, siete árboles a mano derecha, al lado de don Eloy, Quito, Ecuador, Sudamérica. Cuando llueve no hay función porque se va el sistema. Contactarse con la Sra. Lupe Pachakamak, vendedora de naranjas y secretaria a la vez”.

Así es Carlos Michelena, un hombre amable que abrió las puertas de su taller para compartir su historia. Para él la fundación de Quito no es una fecha de celebración, sino de reflexión de lo que dejó la conquista española en esta ciudad.

Al terminar la entrevista revela que antes de salir en escena se demora aproximadamente una hora, entre ejercicios de estiramiento, mentales y el maquillaje. Dice ser amante de la comida típica como el llapingacho, papas con cuero, yahuarlocro, y como bajativo o motivador para cantar, un buen pájaro azul (licor típico de la región Interandina). (I)