La Reserva Internacional (RI) del Ecuador cerró a febrero en $ 5.790 millones, se trata de una cifra menor en $ 1.405 millones comparada con la cifra registrada a finales de diciembre de 2020 ($ 7.195 millones). Sin embargo, es una cifra alta, en relación con el promedio de la reserva desde 2010, y que es de alrededor de $ 4.000 millones.
La Reserva Internacional que está conformada por dineros de bancos privados y públicos, Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD), IESS, Tesoro Nacional, entre otros, llegó en marzo del 2020 a un mínimo de $ 1.990 millones, justamente cuando el país vivía los estragos de la pandemia y en medio del confinamiento entidades bancarias y otros sectores requirieron dinero de la Reserva.
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De acuerdo con Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal, la Reserva Internacional son ahorros que le pertenecen a entidades públicas y privadas, y el Banco Central los administra. Parte de esos ahorros es el encaje bancario (un porcentaje de depósitos de la ciudadanía) y que sirve para darle seguridad a los depositantes en el caso de corridas bancarias u otros problemas.
Carrera explica que la Reserva está básicamente en inversiones que pueden hacerse líquidas de manera inmediata y que están en banca internacional de Suiza, en dinero físico en las bóvedas del BCE y en oro monetario.
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Preguntas y respuestas sobre la reserva internacional de Ecuador
El problema actual, agrega, es que los activos líquidos no alcanzan a cubrir todas las obligaciones privadas, como los depósitos de la banca. Para cubrir este monto le hace falta $ 1.000 millones al BCE. Y para cubrir todos los depósitos del sector público, faltan $ 5.000 millones más.
Para Carrera, al momento no sería recomendable que ningún Gobierno tome dinero de las Reservas, pues se genera mayores problemas.
Julio José Prado, presidente de Asobanca, menciona que una función clave de la Reserva es permitir disponer de manera inmediata de activos para financiar pagos en el exterior, tanto del sector privado como del sector público. Con estos dineros se puede pagar importaciones de combustibles, deuda externa, emitir cartas para importaciones privadas.
Es un giro sin restricciones, dice el economista Guido Macas, quien indica que la decisión de disponer de estos recursos es del Gobierno. Y el peligro radica cuando los niveles de la reserva bajan, como se evidenció en marzo de 2020, cuando empezó la cuarentena por COVID-19. La reserva fue de $ 1.990 millones.
Reservas internacionales llegaron a 7.377 millones de dólares, levantadas por desembolso del FMI
“Por eso la reserva es importante y me dice cuánto dinero tengo y cuánto me hace falta. La reserva te puede decir cuánto puedes financiar, soportar. Si algo pasa en el mundo y el Ecuador no vende, no hay dólares. Lo mismo si no me prestan, si no hay exportaciones, entonces, ¿quién me salva?, y se comienza a coger de la reserva”, señala Macas.
Pero hay niveles considerados “buenos” o “positivos”: a partir de los $ 6.000 millones, según el economista. En diciembre de 2020 hubo una reserva de $ 7.195 millones, una gran parte de inversiones, depósitos a plazo y títulos. Y en enero de 2021 bajó a $ 6.590 millones.
Prado indica que no existe un cálculo exacto de cuál es el nivel adecuado que se debería tener. Pero considera que el mínimo nivel de reservas debería cubrir los pasivos de reservas financieras del BC.
“Si ese fuera el caso, en Ecuador estaríamos hablando de que las reservas internacionales deberían estar en alrededor de $ 8.000 millones. Además, lo óptimo sería que no solo estén cubiertas las reservas financieras, sino todos los pasivos exigibles”, explica.
Tanto Prado como Macas enfatizan que, en una economía dolarizada, el manejo responsable de las reservas es esencial para responder de forma inmediata.
“Una falta de cobertura de las reservas podría afectar las transacciones internacionales que realicen con el resto del mundo”, ejemplifica Prado.
Y Macas dice que otro escenario de bajos niveles de reservas en el país es el caos. “Las reservas son como el oxígeno: en el momento en que se van las reservas se puede generar un caos, especulación, y la gente se asusta; entonces, por eso es importante la posición neta de la reserva monetaria”, cuenta.
En estos últimos meses se ha debatido el rol del Banco Central en el manejo de la reserva.
A inicios de la dolarización, esta entidad fue un banco de reserva que permitía la compensación de pagos internos y externos, con la prohibición de otorgar crédito al sector público o privado.
Sin embargo, las acciones aplicadas en 2010 que permitieron realizar las denominadas operaciones de inversión domésticas y las reformas al Código Orgánico Monetario y Financiero realizadas en 2014 transformaron “la esencia del Banco Central” y le dieron potestades de una entidad comercial, al permitirle invertir en papeles del Ministerio de Economía y Finanzas, dice Prado.
Agrega que estas acciones pusieron en riesgo el manejo apropiado de sus recursos, lo cual afectó las reservas porque el BC no cuenta con la misma liquidez de antes.
Aunque, desde agosto de 2018, mediante la Ley Orgánica de Fomento Productivo, existe una prohibición expresa de que el BC adquiera deuda del Estado, lo que imposibilita continuar efectuando ese tipo de operaciones. (I)