El 2025 podría terminar como el año con la producción petrolera más baja en más de una década. Así lo advierte la Cámara de Energía del Ecuador (CEDE) en una carta enviada a la gerenta general subrogante de Petroecuador, María Daniela Conde, quien asumió el cargo el pasado 27 de noviembre tras la salida de Leonard Bruns.

La misiva fue remitida al despacho de Conde el 1 de diciembre. En ella, el gremio expone varias recomendaciones y sugerencias a la nueva autoridad para sacar de la crisis a la industria petrolera del país.

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Al 3 de diciembre, la producción nacional alcanzó los 466.959 barriles diarios (366.945 barriles de Petroecuador y 100.013 barriles de las compañías privadas).

La cifra es lejana a la meta que se puso el Gobierno de cerrar el año con una producción diaria de 500.000.

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Solo en el caso de Petroecuador, que aporta con el 80 % a la producción nacional, la explotación de crudo cayó el 10 % entre enero y octubre de 2025 con respecto al año pasado, según cifras de la entidad.

En el 2024 la producción nacional registró un promedio diario de 473.962 barriles, de acuerdo con datos de la Agencia de Regulación y Control de Hidrocarburos (ARCH).

Diez años atrás, en 2015, la producción nacional tuvo un promedio de 542.457 barriles diarios.

La diferencia entre lo registrado al 3 de diciembre de 2025 frente a los resultados totales de 2015 significa una disminución de 75.498 barriles diarios.

Los registros históricos de la ARCH, con datos disponibles desde el 2010, muestran que la producción nacional alcanzó los siguientes promedios diarios:

  • Año 2010: 485.954 barriles
  • Año 2011: 499.355 barriles
  • Año 2012: 506.383 barriles
  • Año 2013: 525.421 barriles
  • Año 2014: 555.856 barriles

El escenario decreciente que presenta la explotación de crudo en el país “obliga a que Petroecuador ceda a operadores privados aquellos campos que no puede sostener por falta de recursos”, dice al Cámara, señalando que la fuerte disminución de la ejecución presupuestaria de inversión de 2025 -que cayó 84 %- evidencia “las limitaciones estructurales de la empresa estatal”.

El gremio expuso en la carta que el plan de inversiones del sector hidrocarburífero, que fue presentado este año por el Ministerio de Ambiente y Energía (MAE), con el cual el Gobierno aspira a atraer $ 37.000 millones de inversión, ha enfrentado una serie de obstáculos.

Recomendaciones para resucitar la producción

La Cámara anotó que en un contexto con precios internacionales a la baja y una producción nacional en descenso “se requieren señales firmes”.

Entre las acciones recomendadas para levantar la producción, con la participación del sector privado, se enlistaron las siguientes:

  • Relanzar la licitación del campo Sacha (Bloque 60) mediante un proceso internacional, abierto y transparente.
  • Que se retome la producción del campo ITT (Bloque 43), cuyas reservas recuperables han sido estimadas entre $ 13.000 millones y $ 14.000 millones.
  • Producción de 22 campos de menor escala y maduros denominados “campos marginales”.
  • Contratos competitivos y esquemas de clústeres territoriales con operadores especializados.
  • Aprovechar el potencial de los bloques del suroriente definidos como frontera exploratoria.
  • Activación ordenada de los campos maduros existentes.
  • Inversión en recuperación secundaria o mejorada.
  • Recuperación de activos cerrados.
  • Avanzar en las variantes definitivas del SOTE y OCP, así como del poliducto Shushufindi-Quito.
  • Asegurar la delegación del OCP a un operador privado.
  • Modernizar el SOTE.
  • Relanzar la licitación del tren de alta conversión de la refinería de Esmeraldas.
  • Liberar gradualmente la importación de combustibles, especialmente del diésel y gasolinas.

“La transformación del sector exige un plan de reforma integral en Petroecuador”, sugiere la Cámara.

Aquello implica modernizar su contabilidad y estados financieros; adoptar mejores prácticas de gobierno corporativo; evaluar esquemas de apertura parcial de capital, como los aplicados en Petrobras o Ecopetrol; transparentar el plan de reforma y someterlo a una rendición periódica de cuentas; e implementar una política de puertas abiertas, con tiempos de respuesta ágiles y una interacción ágil con operadores privados y empresas contratistas.

“Esta articulación público-privada es indispensable para recuperar producción, atraer capital y asegurar la sostenibilidad energética del país”, dice el texto.

La carta lleva las firmas de Hassan Becdach, presidente del directorio de la CEDE; y de Roberto Aspiazu, presidente ejecutivo de la Cámara. (I)