La mañana del 21 de junio varios sonidos de detonaciones alarmaron a los trabajadores del campamento Piunts, uno de los ocho pertenecientes al proyecto minero Warintza, manejado por la empresa Lowell y ubicado en la cordillera del Cóndor, en la provincia de Morona Santiago. Varios de los trabajadores que pertenecen de la etnia shuar fueron los primeros en rechazar lo que en ese momento consideraban una posible agresión de otras comunidades, a través de sus redes sociales. Sin embargo, pocas horas después, el sitio sufrió un fuerte ataque por parte de encapuchados desconocidos que incendiaron la instalación, en el marco del paro indígena.

Al conocerse de la intención de personas extrañas, no pertenecientes a la comunidad de Wartins Yawi, de intentar desalojar el campamento, los trabajadores lograron aplicar los protocolos de seguridad con prontitud, de tal manera que no se han registrado ni heridos ni víctimas fatales. El acto ha sido rechazado por las propias comunidades indígenas que han dejado claro que la empresa minera tiene autorización de ellos para trabajar en su territorio y han pedido resguardo de las autoridades estatales.

“Informamos a la autoridad la invasión y la quema de bienes de la empresa que opera en nuestro territorio y que trabaja con el consentimiento de la comunidad”, indicaron representantes de dichas comunidades, en un escrito dirigido al gobernador y otras autoridades estatales.

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Tigo Oswaldo Wachapa (síndico), Mirsol Jimpikit (vicesíndica), Vicente Tsakimp (coordinador de la Alianza Estratégica del Centro Shuar Warints y la Asociación de Centros Shuar Nunkui Pueblo Shuar Arutam PSHA hicieron una denuncia pública: La “invasión de personas y organizaciones ajenas que están afectando la paz y la tranquilidad de nuestras mujeres y niños, estos actos de violencia generan caos y desconcierto en nuestra gente”.

Ellos dijeron que Wartins es un pueblo de paz y que por la autodeterminación que reza en la Constitución se ha definido estar en un estado de excepción por 30 días para garantizar la paz y el bienestar de su gente y evitar que se genere más violencia. En este sentido pidieron urgente apoyo del ingreso de comunidades desde el cantón Limón Indanza para precautelar la paz.

Tras los ataques, los propios trabajadores regresaron para intentar apaciguar el fuego y rechazaron los daños causados. “¿Eso es luchar por derechos colectivos? Esto es pisotear nuestros derechos, es no respetar nuestra decisión. ¡Basta de tanta maldad!”, dijeron los miembros de la comunidad afectada.

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Entre tanto, en redes sociales se pudo conocer que había personas preocupadas por el destino de sus familiares que se encontraban en el campamento, pero más tarde se supo que todos estaban sanos y salvos. Adicionalmente, este Diario conoció que la empresa habría presentado las denuncias respectivas para las investigaciones a través de la Fiscalía.

El proyecto

El proyecto minero Warintza está concesionado a la empresa Lowell, que tiene su casa matriz en Canadá y que es parte de la empresa Solaris. Actualmente se encuentra en la etapa de exploración. Cuenta con el respaldo de las comunidades shuar y yawi, pero existen ciertos grupos que también reclaman para sí la representación de la etnia y que tienen un perfil antiminero. (I)