El anuncio de un nuevo estado de excepción en el país y los hechos violentos que se registraron entre la noche del 8 de enero y la madrugada del 9 fueron la gota que derramó el vaso para un emprendedor, que prefirió proteger su identidad, y decidió ponerle un fin temporal a su negocio de comida rápida a domicilio que mantuvo por cinco años.