Amanece en el campamento Las Peñas de la Mina Fruta del Norte, bajo un cielo azul que empieza a iluminarse y un calor característico de la zona amazónica. Son las cinco de la mañana y ha llovido intermitentemente toda la noche, pero el trabajo no se detiene en esta especie de miniciudad minera, que ocupa 5.666 ha, donde se trabaja las 24 horas del día.

En medio de la selva, a unos 40 minutos de la parroquia Los Encuentros, se levantan las instalaciones de Fruta del Norte con construcciones habitacionales, cancha de fútbol y atletismo, comedores, paradas de buses. Desde este sitio parten los trabajadores hasta la mina subterránea que tiene una reserva de 4,92 millones de onzas de oro y que ya está en plena producción, en la provincia de Zamora Chinchipe.

Campamento Las Peñas, en el proyecto minero Fruta del Norte, de la empresa Lundin Gold, en la provincia de Zamora Chinchipe. Foto: Patricia Sandoval

Tras descansar en las habitaciones adecuadas con cama, ducha y baño y un escritorio, son trasladados hasta los sitios donde desempeñan sus trabajos especializados, no sin antes haber pasado por un nutrido desayuno, almuerzo o merienda, según corresponda.

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Unos se trasladan a la mina propiamente dicha para la extracción del material mineralizado; otros, a la planta de procesos donde ya se obtienen el concentrado y las barras doré, en tanto que algunos realizan trabajo más administrativo. Actualmente existen 1.909 empleados directos en Fruta del Norte y otros 946 son contratistas, por lo que se les considera empleados indirectos. La cifra es mayor que la que se tenía en 2021 y que llegaba a 1.690 directos y 819 indirectos.

Tras el descanso los trabajadores pasan por el comedor para un nutrido desayuno, almuerzo o merienda, antes de ir a los sitios donde desempeñan sus tareas. Foto: Alfredo Cárdenas.

El 51 % de los trabajadores es de Zamora Chinchipe, el 29 % proviene del resto del país y solo el 10 % es extranjero, de doce países. Ahí se puede escuchar el acento característico de algunos mexicanos, argentinos, guatemaltecos, chilenos, entre otros. La mayoría de los extranjeros están en puestos de dirección, pero también cumplen el rol de entrenadores para muchos de los trabajadores nacionales.

Para que esta miniciudad funcione bien y tenga cientos de días con cero accidentes (el viernes pasado se registraban 130 días con cero accidentes), las reglas son importantes. Utilizar siempre el “EPP” (casco, botas, chaleco reflector), ser muy puntuales, conocer todas las acciones que tomar frente a un eventual incendio, una emergencia médica, una lluvia eléctrica o temblor. No bajar corriendo las escaleras, no es correcto llevar un celular en la mano mientras se camina y peor aún ir chateando o revisando las redes sociales, usar siempre el cinturón de seguridad en el bus... El eslogan que se repite durante las capacitaciones y en letreros es “Trabajo con seguridad, cuidado del ambiente y respeto”.

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Ya en las entrañas de la tierra, ingresando por los túneles K’isa y Kuri, a 275 metros de profundidad, el calor es fuerte, pero se ha buscado que los estándares del aire en esa zona sean los mejores en cuanto al aire y la ventilación. Con grandes maquinarias, los trabajadores perforan la tierra para colocar los explosivos, van abriéndose camino para sacar el material mineralizado de color plomo, sin brillo ni apariencia de oro. También aseguran las zonas con mallas y pernos para evitar derrumbes. Al final, con grandes dumpers (volquetes) llevan el material obtenido hasta la trituradora. Ahora empieza la nueva etapa que permite la conversión del material en concentrado y en barras doré.

Instalaciones del proyecto minero Fruta del Norte, en Zamora Chinchipe. Foto: Alfredo Cárdenas


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En la planta de procesos se llevan adelante varias etapas. La primera es la de molienda. Le sigue la de gravimetría, flotación y lixiviación. En estas etapas el material que se vuelve polvo mineralizado y barras es sometido a procesos físicos y químicos. Wilson Cornejo, de Lundin, explica que en el proceso de gravimetría ya se obtiene el 20 % del oro. En la etapa de flotación se logra recuperar un 60 % y un 10 % más en la lixiviación. Durante la gravimetría y lixiviación se obtiene el oro para las barras doré. En la última etapa se usa el cianuro.

Así, unas 4.200 toneladas de material mineralizado se procesan al día en Fruta del Norte. De ellas, 200 toneladas se quedan como concentrado. Las otras 4.000 toneladas que no son concentrado se dividen: 2.500 pasan a la planta de pasta, que con una mezcla de cemento son utilizadas como material para el relleno de la mina, y las restantes 1.500 toneladas van a ‘relaveras’. En los relaves también se recupera el agua y se la reutiliza. El sistema de tratamientos de agua en Fruta del Norte cumple con los estándares nacionales e internacionales. Es común escuchar a los técnicos que dicen que la mayor parte del agua se reutiliza y que la que se devuelve al río está en mejores condiciones que las que tiene el propio río.

Al final de todo el proceso, por un lado se acopia y traslada en contenedores el concentrado de oro que es ya un producto de exportación, mientras por otro lado se realiza la fundición para elaborar las barras doré.

Cuarto de oro, en la planta de procesos de Fruta del Norte. Foto: Lundin Gold

Nathan Monash, vicepresidente de Sostenibilidad Empresarial, señala que este conjunto de procesos que suceden diariamente en Fruta del Norte es lo que se conoce como minería responsable. Explica que para la empresa son importantes el tema de la seguridad, la mitigación del impacto ambiental, el respeto. Lo que sucede en Fruta del Norte es diametralmente distinto a la actividad ilegal que está golpeando al país, comentó.

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Fruta del Norte abrió sus puertas a varios medios de comunicación y representantes gremiales durante dos días, justamente al cumplirse tres años del inicio de la producción de la mina. Esto sucede en un momento en el cual ha habido expresiones de rechazo a la minería por parte de sectores sociales, especialmente de los indígenas. Sobre el tema, Monash dijo que al momento han observado con preocupación los impactos del paro, pero cree que esta industria en general y la empresa en particular tienen mucho que aportar a la economía, tanto en el tema económico como en el empleo. “Estamos demostrando que es posible llevar a cabo el desarrollo de forma amigable con el medioambiente y con respeto”, dijo.

También aseguró que desde siempre han sido partidarios del diálogo. Y explicó que el diálogo con los sectores sociales es positivo ya que ha logrado bajar los niveles de tensión. Sin embargo, considera que este diálogo debe ser más incluyente, a fin de que todos los actores de la industria puedan opinar sobre decisiones claves que se puedan tomar a futuro. (I)