Con un escenario político que favorece al presidente de la República, Daniel Noboa, lo que ha contribuido a reducir el riesgo país a pesar del entorno global complejo, Ecuador tiene una nueva ventana de oportunidades para emprender reformas y romper ciclos nocivos que han estancado el desarrollo económico.

“No hay tiempo que perder. Hay acciones que deben tomarse, justamente, para asegurarse de que esa mejora que ha habido en la percepción de riesgo se sostenga y continúe avanzando a un punto donde Ecuador pueda obtener acceso al mercado financiero internacional”, mencionó Alejandro Arreaza, economista para Latinoamérica en Barclays Capital, durante el Segundo Congreso de Economía y Banca, organizado por la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca).

Arreaza señaló que el contexto mundial que ha marcado Estados Unidos con su política arancelaria, entre otros factores, reconfigura el orden mundial al que los países deben saber adaptarse.

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En medio de esa turbulencia geopolítica, América Latina ha mostrado resiliencia. No obstante, persiste una gran preocupación por el tema fiscal.

La falta de crecimiento alto ha complicado la capacidad de recaudación de muchos de los Gobiernos de la región y, por otro lado, las restricciones políticas también han dificultado hacer ajustes, apuntó.

Si bien Ecuador no tiene un elevado déficit fiscal, como Brasil, Colombia y Panamá, enfrenta problemas de liquidez y su perfil de deuda es preocupante, con vencimientos de deudas reestructuradas que se avecinan.

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El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el apoyo de otros multilaterales pueden contribuir a aliviar las preocupaciones de financiamiento en el corto plazo.

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Además, existe la expectativa de que el país retorne al mercado de capitales el próximo año y tiene oportunidades de llegar a acuerdos bilaterales con China, por ejemplo, o acceder a herramientas respaldadas con multilaterales.

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Sin embargo, esto representa una solución de corto plazo, para los siguientes dos años, aproximadamente.

El desafío está en el manejo del perfil de deuda, remarcó Arreaza, considerando que el país comienza a enfrentar los vencimientos de la deuda que se reestructuró en el año 2020. Esta situación imprime una fuerte presión para los siguientes cuatro años.

“Es crítico que el país logre romper con ese ciclo recurrente que ha vivido de crisis de deuda y reestructuraciones que, sin duda, han afectado el desarrollo del sistema financiero”, apuntó el economista.

Observó que es importante evitar recaer en ese tipo de situaciones, considerando que Ecuador ha consumido una buena parte del apoyo financiero que podría obtener mediante multilaterales.

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En ese contexto, China aparece como una opción para obtener recursos.

Si Ecuador no logra acceder a mercados internacionales, existe la posibilidad de entrar en situaciones no deseadas donde la estabilidad financiera podría verse comprometida, analizó Arreaza.

Es vital que el país aproveche el apoyo político actual para implementar reformas económicas sostenibles que ayuden a estabilizar la situación financiera, diversificar la economía y desarrollar sectores estratégicos.

La reforma de la seguridad social, por ejemplo, se destaca como una opción clave para aliviar presiones fiscales y fomentar el desarrollo interno, a diferencia de otros países de la región con mercados financieros más robustos.

Se abre la posibilidad de acceder a financiamiento en el futuro si se consolidan las reformas necesarias.

“En este momento en particular, pareciera que muchas de las estrellas se han alineado”, resaltó el economista de Barclays, refiriéndose al ambiente político que beneficia a la actual administración, a diferencia de gobiernos anteriores.

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“La administración actual tiene un apoyo sin precedente en años recientes dentro del Legislativo. Es un momento de tomar en cuenta esta alineación de circunstancias, que son favorables para el país, para consolidar esta agenda de reforma y asegurar que esta mejora que se ha logrado en las percepciones de riesgo se consolide y se logre la reapertura al mercado internacional”, agregó.

Aunque existen retos, no resulta imposible pensar en la posibilidad de que Ecuador en los próximos 18 o 24 meses pueda volver a tener financiamiento a través de los mercados, según Arreaza. (I)