Bailes, historias, aventuras, recetas de cocina, vida saludable, humor, fonomímica... en una palabra: entretenimiento son los contenidos que cada vez más captan la atención de los consumidores en redes sociales. Quienes realizan este tipo de contenidos y tienen aceptación y ejercen influencia en el público que los mira pueden ser definidos como influencers. Muchos de ellos son jóvenes y hasta menores de edad. Ellos a su vez son buscados por marcas de diversos productos que se anuncian en esos espacios. Adicionalmente, pueden llegar a facturar o monetizar por el número de seguidores o suscriptores que tienen.

A los influencers se los puede conocer en el extenso mundo de las redes sociales: Facebook, Onlyfans, Youtube, Instagram y Tiktok, entre otros. En el Ecuador se han dado a conocer varios, incluso existen rankings por el número de seguidores en las propias redes.

Entre ellos, por ejemplo, se conoce a Kevlex con 18,8 millones de seguidores; busta-brothers, con 21 millones de seguidores; Antonny Swagg, con 8,8 millones; Gina López (ginaalopeez) con 2,6 millones de seguidores, entre decenas de otros.

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¿Cuánto pueden llegar a facturar? “Cuando lo trabajas bien se puede vivir bien”, comentó Swagg en octubre pasado en una entrevista en el canal de Youtube MofleTv. En ese espacio se habló de poder ganar $ 10.000 o $ 15.000 mensuales. Él respondió que sí se puede ganar $ 20.000 y más: “Yo estuve en un rango algunos meses de facturar hasta $ 40.000″. En pandemia este joven de 30 años y con diez en redes sociales subía hasta tres videos diarios y contaba que “en redes sociales se puede facturar bien. Ese ´videito´ que te costó pensarlo, escribirlo, aunque sea casero te puede generar ingresos. Asímismo la publicidad en redes sociales”.

Conocer a los influencers ecuatorianos resulta interesante, sobre todo porque están en el plan de Justicia Tributaria que implementará el Servicio de Rentas Internas (SRI) en este 2023. Una de las aristas para el cobro apunta, según ha dicho el director del SRI, Francisco Briones, a este grupo y a quienes generan renta en las redes sociales.

El experto en temas tributarios, Napoleón Santamaría, publicó hace pocos días en su cuenta de Twitter un cuadro sobre los ciertos influencers que han ganado notoriedad, pero a la hora de ver su pago de impuestos es casi inexistente. Por ejemplo, pone en esa lista a Kikejav, Tami Rivera, Ely Guaminga, Alejandra Jaramillo, entre otros.

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De acuerdo con Santamaría, es importante que se monitoree desde el SRI a estos personajes como youtubers o tiktokers, porque seguramente están generando renta y es correcto que se les cobre impuestos sobre lo que generan como a los demás ciudadanos del país. Para Santamaría, los influencers solo son una pequeña muestra de lo que se genera con el comercio electrónico y al cual también se debe empezar a mirar.

Comenta que a la hora de tratar de identificar quiénes son influencers y qué renta generan se ha encontrado con un comentario generalizado entre ellos. Los influencers consideran que no están generando renta porque sus ganancias son en monedas virtuales, o porque recibieron cosas, especies, en vez de dinero, o porque se les pagó en las Bahamas en un monedero virtual. Sin embargo, explica que toda ganancia que se genere es una renta, sea en moneda o especie. Explica también que un influencer recibe ingresos de compañías para promocionar sus marcas.

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Para Santamaría, los influencers que deberán pagar serán los residentes fiscales del Ecuador que generen recursos que se puedan considerar una renta.

Entre tanto, Cristian Espinosa, director de Cobertura Digital -empresa de capacitación o formación en redes sociales-, explica que en el mundo digital hay clasificaciones de influencers de acuerdo al número de seguidores. Por ejemplo, los macroinfluencers son las celebridades, personas que tiene más de 500.000 seguidores o suscriptores. Hay el influencer medio, que va de 100.000 hasta 499.000 seguidores. Otro tipo son los microinfluencers con seguidores de entre los 10.000 y los 99.000. Los nanoinfluencers son en cambio quienes tienen menos de 10.000 seguidores.

Sin embargo, para Espinosa, los seguidores no son un indicador claro de si facturan o no. Hay casos en los cuales los seguidores son cuentas falsas. En todo caso, coincide en que lo que buscará el SRI en este sector será cobrar impuestos a quienes en realidad estén generando recursos.

Cuenta que el fenómeno de las redes sociales creció de manera importante durante la pandemia. Y cita un interesante movimiento que existe en la provincia de Zamora Chinchipe. Desde esta zona del Ecuador salen una serie de contenidos interesantes que han ganado adeptos, como por ejemplo micronovelas o recetas naturales y hasta permacultura.

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Fit Frutilla (Valeria), una microinfluencer enfocada en temas de bienestar, deportes, nutrición y con un total de 18.000 seguidores, cuenta que desde su experiencia las agencias de publicidad se aceran a los influencers para promocionar ciertas marcas. Todo lo que recibe como influencer es declarado y paga impuestos como una actividad de marketing y publicidad. Hace pocos días, tras escuchar que se iba a hacer un mayor control a los influencers por parte del SRI, entre su comunidad de amigos comentaron que en sus casos no cambiaría mucho la situación, pues desde siempre se ha pagado impuestos. Ella cuenta que los influencers pueden facturar, sin importar si son pequeños o grandes. Todo depende de lo que quiera la marca y el público al que se pueda dirigir el influencer. En ciertos casos, las marcas pueden buscar algo un poco más puntual, o inclinarse por algo más masivo. (I)