Una bendición: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, y un deseo de “buen viento y buena mar”, por parte de monseñor Alfredo Espinosa, vicepresidente de la Conferencia Episcopal, fueron las primeras señales que dieron inicio a las mesas de diálogo entre el Gobierno y los representantes de tres organizaciones indígenas y que durarán noventa días.

En el auditorio de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), en el centro norte de Quito, no menos de 100 asistentes colocados en hileras de sillas unos al lado de otros hicieron la señal de la cruz. Entre ellos estaban al menos cinco ministros de Estado, presidentes y directores de diversas entidades del Gobierno, como la Corporación Financiera Nacional (CFN) y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), y los principales de las tres más grandes organizaciones indígenas del Ecuador: la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), el Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicos del Ecuador (Feine) y la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (Fenocin).

Monseñor Espinosa había mencionado que cuando se inicia un camino, este recorrido llega con esperanza, con ilusión, y que la meta de este camino de diálogo era “construir un Ecuador de paz, justo, fraterno”. Que este nuevo Ecuador mire con ojos diferentes la realidad: que tenga esa sensibilidad hacia los más pobres, hacia los excluidos. Habló también de que para dialogar había que “tener una actitud de humildad, de mansedumbre y respeto hacia la otra persona”. Aseguraba que nunca es fácil dialogar, pero que sí es posible si se tiene voluntad.

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Con esta idea en mente, los asistentes se dividieron en las dos mesas previstas para el primer día. La mesa 1 de focalización de combustibles y la 2 de moratoria de deudas del sistema financiero público y privado.

Minutos antes de la inauguración, que estaba convocada a las 08:30, hubo dudas de que las delegaciones indígenas acudirían al encuentro. Es que a las 08:03 empezaron a llegar los ministros y delegados de instituciones del Estado. Uno de los primeros en arribar fue el ministro de Transporte, Danilo Herrera. Los funcionarios de la Conferencia Episcopal verificaban uno por uno los nombres. Solo quienes estaban en una lista podían ingresar. Llegaron el ministro Julio José Prado, el presidente de la CFN, Iván Andrade, y Roberto Castillo, del INEC, quien iba a proveer de la data sobre los subsidios.

Pasaban los minutos y cada vez más representantes del Gobierno llegaban, pero ni uno solo del sector indígena. No había otra puerta de ingreso por la que hayan podido ingresar. “Si llegan, deben entrar por aquí”, dijo uno de quienes custodiaban la puerta.

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La incertidumbre sobre si llegarían las delegaciones o no se debía a las declaraciones que en días anteriores había emitido el presidente de la República, Guillermo Lasso, en un medio internacional, en el sentido de que la paralización indígena que duró 18 días habría sido financiada con dineros del narcotráfico. Eso generó mucho malestar.

Sin embargo, a las 09:00 empezaron a arribar esas delegaciones. La primera en ingresar fue la de la Fenocin, con Gary Espinoza a la cabeza y acompañado de dos personajes conocidos en el ámbito político y económico: Henry Llanes, experto petrolero y exasambleísta que ha pertenecido a CREO y el PSC. También estaba Wilma Salgado, gerente de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD) en el tiempo de Lucio Gutiérrez y experta en temas financieros.

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Su presencia se debía justamente a que en el primer día de diálogos se iban a abordar dos temas claves: la focalización de subsidios y la moratoria de deudas de la banca pública y privada.

Sobre el tema de la focalización, Llanes ya había comentado en días anteriores que el sector indígena buscaba presentar una propuesta integral, en la cual se pueda viabilizar la focalización de subsidios en el sector agrícola mediante plantas distribuidoras que deberían ser coadministradas por las comunidades y el Gobierno, pero además planteaban un sistema inteligente para el control de despacho, así como para identificar a los beneficiarios del subsidio.

En cuanto a las deudas, el pedido del sector indígena ha sido que se condonen deudas de BanEcuador de hasta $ 10.000. Esto, a pesar de que el Gobierno ya aprobó una condonación de hasta $ 3.000. También han pedido la moratoria de deudas del sector financiero privado, aunque el régimen ha adelantado que no puede interferir en decisiones del sector privado.

Luego llegó Eustaquio Tuala, de la Feine. Solo cuando ya todos estaban instalados en el auditorio ingresó Leonidas Iza, presidente de la Conaie. Durante el acto inaugural, los tres representantes indígenas hicieron sentir su malestar por lo que ellos denominaron descalificaciones por parte del Gobierno. Iza dijo que este tipo de pronunciamientos ponen en riesgo el proceso. También consideró una señal preocupante que antes del comienzo del diálogo se habían iniciado procesos de investigación a más de cien integrantes de las organizaciones indígenas; pero ahora ya son 416 los que están siendo investigados.

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El ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, agradeció por la perseverancia de la Conferencia Episcopal y sobre el malestar del sector indígena dijo que si bien hay razones para estar enojados, también hay razones para estar optimistas. Que a una persona la terminan definiendo más sus acciones que sus palabras y que para el Gobierno es un hecho histórico el diálogo al cual están acudiendo las más altas autoridades como son los ministros de Estado.

Los ausentes fueron el presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, Luis Cabrera, y el secretario David de la Torre. Ellos tuvieron que acudir a Bogotá para participar en el Consejo Episcopal Latinoamericano. Espinosa entonces, en tono de broma, aseguró que él se encontraba presidiendo el encuentro, pues “a falta de pan, buenas son las tortas”.

El padre Espinosa hizo votos para que los actores puedan sentarse, escucharse y caminar juntos en una misma dirección; “si vamos por vías paralelas nunca nos vamos a encontrar. Hay que ir buscando estos puntos que nos van a acercar y van a lograr llegar a los acuerdos”, dijo.

Como facilitadores de las mesas se ha nombrado a dos representantes de la academia. La mesa de focalización contará con Fernando Ponce, rector de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), y la de banca pública y privada, con Fernando Sempértegui, rector de la Universidad Central. Hay un relator para cada mesa: Freddy Proaño para la mesa 1 y Libia Rivas para la 2.

Espinosa recordó que la mecánica de las mesas será:

  • Presentar el estado de situación con respecto de la demanda del sector indígena.
  • Se abren el debate y el análisis.
  • Se hacen una presentación del Ejecutivo y una propuesta de trabajo con respecto a las demandas planteadas.
  • Se vuelve a un debate y análisis de la propuesta.
  • Se buscan los acuerdos y se termina con la revisión del acta de acuerdos y el cierre de la mesa.

La evaluación de la primera jornada estaba prevista para las 17:30. (I)