Tras el operativo realizado por el caso Isspol, que tiene a tres procesados con prisión preventiva, a tres con arresto domiciliario y una ciudadana con prohibición de salida del país, el mercado de valores opera bajo la sombra de este polémico episodio y trata de recuperar la reputación afectada también por otras operaciones en problemas de Ecuagran y Delcorp.

Dentro de los siete investigados están Rodolfo K., expresidente de la Bolsa de Valores de Guayaquil, y Oriana R., exgerenta de esa entidad, a quienes un juez dictó esta semana arresto domiciliario. También está con prisión preventiva Xavier N., gerente de Citadel Casa de Valores.

La Fiscalía investiga una presunta estructura dedicada al delito de falsedad de información en el sistema del mercado de valores. Esto se encuentra relacionado con un irregular manejo de inversiones del Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional (Isspol).

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El Decevale, que custodia los papeles que se negocian en el mercado bursátil y que tiene entre sus accionistas a la Bolsa de Valores de Guayaquil, fue allanado esta semana como parte del caso Isspol.

Si bien las operaciones bursátiles no se han detenido a raíz del destape de supuestas irregularidades que involucran a altos exdirectivos de la bolsa porteña, analistas creen que el impacto pasa más por la pérdida de cierta confianza en el mercado, que requiere cambios para mejorar los controles.

Ramiro Crespo, presidente ejecutivo de la firma Analytica, indica que a partir de los episodios turbulentos vinculados al mercado de valores hubo personas con un poco más de recelo de invertir y otros preocupados por sus inversiones.

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Liquidador de Ecuagran S. A. denuncia desvío de los fondos captados en la Bolsa de Valores

Además, quienes están invirtiendo examinan más a las firmas detrás de los procesos de estructuración de las operaciones, la empresa que califica la emisión y el representante del inversionista.

Crespo considera que “para que vuelva la verdadera confianza al mercado” es importante cambiar el sistema y sancionar a los culpables.

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Dice que la estructura legal relacionada con el mercado de valores es deficiente y por ello se debe crear una Comisión Nacional de Valores. Esta comisión, plantea, debe funcionar independientemente de la Superintendencia de Compañías para controlar mejor el mercado de valores.

El ejecutivo estima que en estos casos polémicos hubo fallas en controles de las autoridades y, por lo menos, negligencia.

Juan Francisco Mosquera, analista bursátil que examina operaciones de empresas, coincide en que se requiere de una instancia independiente, como existe en Estados Unidos, para controlar el cumplimiento de las reglas establecidas para el mercado. “Esto podría dar cierto nivel de seguridad e independencia, pues siempre al estar atado a una Superintendencia podrían existir conflictos de interés”, sostiene.

En otras casas de valores comentan con cautela que lo sucedido con las irregularidades en las inversiones en el Isspol, y los impagos de las facturas comerciales y obligaciones de Ecuagran y Delcorp deben considerarse como casos puntuales, que no deben afectar a empresas con una buena reputación y trayectoria en la bolsa.

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Juez dictó prisión preventiva para tres de los siete procesados por el caso Isspol

Alegan que pese a la crisis sanitaria, la mayoría de los emisores han cumplido con sus pagos. Además, existen empresas que siguen acudiendo al mercado como una fuente confiable de financiamiento.

Varias transacciones se contrajeron

Cuantificar el impacto que han provocado en las operaciones bursátiles estos polémicos casos del Isspol, Ecuagran y Delcorp es complejo, pues la crisis del COVID-19 fue un factor que incidió en la contracción de ciertos instrumentos en el mercado real, en el que se mueven las transacciones que efectúan la empresas.

Durante el 2020, el valor nominal negociado en obligaciones del sector real llegó a $ 464,75 millones, es decir, una contracción del 31 % frente a los $ 673,20 millones del 2019. En facturas comerciales hubo $ 280,52 millones, una contracción del 30 %.

El valor nominal negociado en titularizaciones se ubicó en $ 67,33 millones, 20 % menos comparado con el 2019. Mientras que en papel comercial, el valor nominal negociado tuvo un alza, al situarse en $ 875,45 millones, 15 % más que el año antecesor, según datos de la firma Reditum.

Esteban Guerrero, gerente de Reditum, estima que la crisis por la pandemia incidió más que el impacto generado por los escándalos que tuvieron empresas con problemas en el mercado de valores.

En lo que va de este primer semestre, el valor nominal negociado presenta una recuperación en tres tipos de instrumentos comparado con el 2020. En obligaciones hasta el 18 de junio se registra un alza del 5 %, papel comercial, 32 % y titularizaciones 51 %. En facturas, en cambio, existe una baja del 81 %.

Guerrero afirma que la baja en las facturas comerciales responde a regulaciones que existen desde el año pasado que prohíben la negociación de facturas con emisor y aceptante relacionados. (I)