El mundo sigue asimilando y adaptándose a la política arancelaria del Gobierno de Estados Unidos, que ha desatado una guerra comercial. Las consecuencias para Ecuador trascienden del impacto que tendrá el arancel del 10 % sobre los bienes que se exporten, así como por la caída del precio internacional del crudo, y además se avizora una afectación negativa en las remesas que los migrantes ecuatorianos envían desde el país norteamericano.