La costumbre española de cena tardía fue analizada en su incidencia en los menores de edad.

“Los niños españoles que cenan después de las nueve tienen el doble de posibilidades de presentar obesidad”, indica Marta Garaulet, doctora en Farmacia, catedrática de Fisiología y Nutrición de la Universidad de Murcia e investigadora en la Universidad de Harvard.

Ella junto a Frank Scheer, y Nuria Martínez Lozano han desarrollado dos estudios sobre crononutrición, en el que detallan cómo los horarios españoles y europeos afectan también a la salud de los niños.

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Se analizó a un grupo de 432 menores de 8 a 12 años y la conclusión es que los niños que cena luego de las 9 de la noche, presentan unos marcadores de inflamación y de riesgo vascular.

“Lo ideal es que toda la familia cene antes de las nueve de la noche. Cenar muy tarde tiene graves consecuencias para la salud infantil: tienen el doble de riesgo de tener obesidad y, si no cambian los hábitos, tendrán problemas cardiovasculares de mayores”, comenta Garaulet.

De acuerdo al estudio, sucede igual con los adultos, quienes tienden a presentar mayor obesidad y un riesgo cardiovascular aumentado.

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Los niños que cenan tarde presentan además un retraso biológico, que es peor en niños con cronotipo vespertino o nocturno. “Con ellos hay que incidir más en adelantar las horas de la cena y también cuidar mucho la luz de la noche, la exposición a las pantallas, sobre todo al móvil y al computador”, agrega Garaulet.

Recomendaciones

  • Dormir temprano
  • Cenar al menos dos horas y media antes de acostarse.
  • Durante estas dos horas previas al sueño los niños no deberían hacer deporte, ni comer, ni tener luz intensa directa del móvil a los ojos, ni tablets. (I)