El muevo ministro de Economía y Finanzas, Mauricio Pozo Crespo, dice que algunas personas practican el deporte de la reincidencia. Esto refiriéndose a que hace 17 años ya fue ministro de Finanzas, en el gobierno de Lucio Gutiérrez. Considera que en esta ocasión la recesión y el déficit son los problemas más complejos que se deben enfrentar. Sobre los impuestos, ve a futuro una posible reforma tributaria integral, que incluya baja de impuestos para el sector productivo y posiblemente un alza del IVA. Al ser consultado sobre si no le dejará la mesa servida al siguiente Gobierno, tomando en cuenta que los ajustes más duros serán para la próxima administración, dijo que aunque solo le quedan ocho meses de gestión ha llegado para tomar decisiones tanto en el tema de la reducción del gasto como para impulsar leyes necesarias y dejar en marcha las grandes reformas estructurales.

Usted ya vivió una experiencia como ministro en 2003, ¿qué similitudes y diferencias encuentra con el momento actual?

Las situaciones económicas no son iguales a lo largo del tiempo, hay que hacer un diagnóstico adecuado y tomar las decisiones que corresponden a cada realidad. Como ejemplo, el déficit fiscal ahora es mucho mayor al que teníamos hace 17 años, el actual es de un 8,9 % que es una barbaridad. Los gastos del sector público eran en 2003 de $ 6.700 millones, ahora son $ 40.000 millones. Ahora ya hay un programa económico, hay un acuerdo internacional, se han tomado medidas favorables previas, pero este es un ejercicio de todos los días, hay que ordenar las cuentas, solucionar los atrasos.

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Parecería que es una situación más complicada que en 2003, ¿por qué arriesgarse entonces?

Es más compleja porque tenemos una recesión y un déficit fiscal enormes, pero en 2003 también era complicado. Si no se tomaban ciertas medidas hace 17 años, no hubiéramos podido fortalecer la dolarización. En la actualidad, al final del periodo, normalmente los Gobiernos se desordenan, abren las manos, empiezan a gastar sin control. Con los problemas que hemos tenido, ese comportamiento sería muy peligroso. Yo pensé que el que podamos fortalecer lo que se venía caminando, profundizar ciertas medidas e introducir ciertos cambios pueden hacer algo diferente a la tradición del Ecuador. Quiero entregar un país caminando, en orden, aunque sin duda con problemas que tendrán que seguir resolviéndose ya que en ocho meses no se puede hacer todo. Ojalá el próximo Gobierno sea sensato y responsable.

Una de las metas que tiene Ecuador frente al FMI es reducir el déficit -8,9 % a -2,9 % de déficit en apenas un año, ¿cómo lograrlo?

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Es una meta ambiciosa, y hasta optimista, pero perfectamente viable. Existen tres factores que produjeron esta fuerte caída: la reducción de tributos, la baja del precio del petróleo y la imposibilidad de realizar monetizaciones. Todos estos temas mejorarán en 2021. Es importante que se conozca que en agosto y septiembre ya se ve un cambio de tendencia en la recaudación, hay una recuperación.

Pero también deberán bajar la nómina, ¿cómo se hará la reducción?

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Ese es uno de los retos que yo tengo. Cuando usted tiene un Estado sobredimensionado, usted genera alto déficit y un endeudamiento acelerado. Si no se corrige la raíz del problema, solo puede seguir financiando, es decir, endeudándose, lo cual no es sostenible. Por ello reducir el gasto corriente va en la dirección de lo que se necesita. Pero el proceso debe ser bien hecho, para que no genere problemas, pues el 80 % de la nómina son Fuerzas Armadas, Policía, Educación y Salud. Si se topan ciertos servicios, y eso impacta en la atención a la gente, sí causa problemas. Sin embargo, a pesar de que son temas sensibles, sí existen excesos, en eso estoy trabajando. En los otros ministerios, no tengo la menor duda de que hay excesos. Vamos a revisar todas las semanas, ya va a empezar a sentirse lo que vamos a hacer. Además, hay que tomar en cuenta lo que pasa en empresas públicas, banca pública, municipios, prefecturas, ahí hay bastante grasa, igual o más que en el propio Gobierno central.

¿Se ha pensado en bajar las escalas y no solo ir por desvinculaciones?

Todo estamos analizando: implicaciones legales, los niveles salariales que son mucho más altos que el sector privado, cuál ha sido el resultado de la baja de horas por pandemia. Quiero decir que sí vamos a tomar acción sobre esto y yo he dicho que me vinculo estos últimos meses y no he venido a calentar el asiento. Vine a tomar acciones y decisiones y lo voy a hacer.

¿Cómo ve la reforma tributaria que permitiría incrementar ingresos en 2,5 % y cumplir las metas con el FMI al 2022 y que incluiría un incremento del IVA?

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Lo importante no es si el IVA sube o no, sino las metas a cumplir: déficit, deuda, reservas. Al tema tributario hay que analizarlo en conjunto. Hay que revisar el costo que paga el sector productivo en aranceles, que afectan la competitividad. También se debe empezar a levantar el ISD, que es nocivo y nefasto. Lamentablemente se ha convertido en el tercer impuesto de mayor recaudación. Una baja al 20 % del IR para sociedades puede ser estimulante.

Esto que menciona solo genera impactos fiscales, ¿de dónde lo recuperan?

A eso voy. Con menos impuestos, pero logrando un nivel de crecimiento acelerado, se va a recuperar por volumen lo que se bajó en porcentaje de impuestos. Y compensar eso con un aumento del IVA en términos fiscales puede ser favorable. Y no le afectaría a la empresa. Si a esto le suma el ajuste al gasto, el incremento del IVA puede ser menor. Esto puede ser parte del análisis de la siguiente administración. Lo que sí le digo es que con Fondo o sin FMI esto debe hacerse.

Pero en definitiva este Gobierno no le va a poder dejar la mesa servida al siguiente Gobierno. Más bien el comentario es que este Gobierno recibirá los recursos, pero al próximo le tocan los ajustes más importantes.

No necesariamente es así. Este rato se deben hacer reformas. No digo que sean igual de difíciles, pero no son fáciles tampoco. Hay que aprobar en Asamblea la autonomía del Banco Central, la ley en contra de la corrupción y queremos añadirle una reforma al mercado de capitales. Con todo lo que ha pasado en el mercado bursátil sería una ley que establezca más controles. Adicionalmente se trabajará en el diálogo sobre las grandes reformas: laboral, seguridad social y tributaria. Así que no es ‘lo difícil para el próximo y lo sencillo para este’. Yo voy a dejar las cosas bien hechas, si no, no me hubiera metido.

Ya empezaron a repartir recursos del FMI, ¿cuáles son las cifras y la lógica de los pagos?

Se ha hecho un trabajo absolutamente riguroso. El mismo día que entró el desembolso de $ 2.000 millones se fueron $ 1.000 millones. Pero con un análisis que sustenta la antigüedad, prioridad, el monto del problema. De esto ha estado pendiente incluso el presidente de la República. El atraso era de $ 3.600 millones y los $ 2.000 millones no alcanzan para cubrir todo, pero hay que ir poco a poco cubriendo con lo del FMI, pero también con otras fuentes. Estamos en el proceso de recepción de $ 1.800 millones de bancos chinos y $ 570 millones del Banco Mundial.

¿Para cuándo y de qué manera se hará el pago al IESS? El presidente de la entidad, Jorge Wated, comentó que se pagarán $ 600 millones en efectivo y $ 800 millones en bonos, ¿es así?

Estamos trabajando en que sea esa cifra, pero aún tenemos que afinar ciertos puntos. El tema corresponde a la contribución del 40 % de pensiones y en función de lo que vaya entrando se irá cubriendo. Estamos trabajando en un esquema para garantizar que no haya preocupación por el pago de pensiones y que vaya de la mano en un eventual proceso de desinversión, pues probablemente sí se necesite para garantizar el pago a los jubilados. Aparte hay que trabajar en la reforma estructural, hay problemas financieros actuariales, de Gobierno corporativo, etc. No quiero solo pasar el río y entregar el dinero y se acabó. Quiero hacer una reforma integral y completa de este asunto.

El Biess dice que los bonos los podrían poner en colaterales y traer liquidez del exterior para hacer inversiones acá en el país. ¿Cómo beneficia esto al Estado o al Gobierno?

El Estado tiene una política amparada en las metas del programa económico. La emisión de bonos es un endeudamiento, conforme vaya mejorando las cuentas, la dependencia de emitir bonos para cumplir sus obligaciones va a ser menor. El Biess, por su lado, va cubriendo sus necesidades, haciendo operaciones con papeles o desinvirtiendo. Son actores que van complementándose, a ninguno le conviene meterle en problema al otro.

Teniendo en cuenta que los Repos que hicimos hace dos años resultaron en operaciones muy onerosas, ¿considera que habría riesgo para el Biess si llegara a hacer algo parecido?

No tenemos por qué pensar que son las mismas operaciones o que se van a sobregarantizar. De gana nos adelantamos. Las operaciones para levantar fondos, a mi manera de ver, deben ser lo más simples posibles y lo más transparentes. Tienen que ser lo más directas.

Finalmente, este año se debe realizar la aprobación del presupuesto, pero prorrogado. Sería con base en la ejecución presupuestaria y no al presupuesto aprobado el año pasado.

La Asamblea aprueba un presupuesto, pero como su nombre lo indica es un presupuesto. En el día a día pasan cosas y se va codificando. Ese es el que en realidad se va produciendo. Lo obvio es trabajar sobre el presupuesto ejecutado, y eso permitirá incorporar ciertos temas, una suerte de principio de presupuesto base 0. Esto significa que vamos a trabajar sobre lo estrictamente necesario. Vamos a armar un presupuesto austero para el próximo año. Esto no tiene ninguna contraindicación con la ley. (I)